Mauricio Macri visitó Córdoba, tomó el micrófono durante unos minutos en un almuerzo en La Bolsa de Comercio de esa provincia y tan solo con su presencia logró convulsionar el clima político del distrito que más beneficios electorales le prodigó al PRO más allá de la ciudad de Buenos Aires. Es que, entre medio de distintas diatribas más o menos predecibles ante un auditorio amigable compuesto por
Las especulaciones electorales ante la posible mudanza del expresidente a la provincia mediterránea
Macri busca la forma de que Córdoba siga siendo amarilla
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