El cura Fernando Páez fue condenado a 4 años de prisión efectiva por la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal, que lo encontró culpable del delito de abuso sexual doblemente agravado por tratarse de un ministro de culto reconocido y encargado de la educación, en perjuicio de un exseminarista. La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico nacional celebró el veredicto.

La Sala I, presidida por el juez Ricardo Hugo Martoccia e integrada por la jueza Soledad Rodríguez y el juez Reinaldo Burgos, condenó el jueves último a Páez y dispuso que fuera detenido ni bien finalizara la audiencia.

Páez desempeñaba su función religiosa en la Parroquia de la Santa Cruz de Villa Saavedra, en la ciudad de Tartagal. La víctima, el exseminarista K. M., lo denunció por abusos cometidos  entre 2015 y 2019.

"Estamos felices de que se hizo justicia y hubo condena efectiva. Siempre la cantidad de años de la pena va a ser un tema de debate. A simple vista podemos decir que cuatro años no es nada, doce años tampoco (lo serían), tampoco se repara con una condena perpetua. Es decir, el dolor que uno ha sufrido sigue estando, uno lo va sobrellevando, pero no es que se calme cuando se lo condena a cadena perpetua al perpetrador. Entonces, para nosotros es muy importante que se haya hecho justicia, ya que había muchas posibilidades de que esta causa también terminara con el beneficio de la duda", dijo Daniel Vera, referente de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina.

Vera sostuvo que "la Iglesia estuvo detrás de la defensa del cura Páez" por ello "para nosotros es un triunfo", ratificó. 

El periodista Fernando Climent había asegurado que el abogado defensor del sacerdote, Aldo Hernández, "fue pagado por el propio Vaticano". La defensa solicitó la absolución y subsidiariamente la aplicación del beneficio de la duda.

"Hay, como por así decirlo, triunfos no sé si más pequeños pero menos perceptibles para la mayoría como son la transformación, en este caso, del denunciante; él mismo lo ha dicho en varios medios y quienes lo hemos conocido, aunque sea un poco, sabemos que no es el mismo antes del juicio que después del juicio. Es decir, ha habido un cambio en su vida para mejor, ha logrado sacarse como una mochila de encima, un peso, ha cambiado totalmente, se expresa con una seguridad y una alegría que no ha tenido antes, (...) es un ser humano que volvió a vivir en mayúsculas, con todo lo que eso significa", consideró Vera.

Pedido de perdón 

Tras conocerse la condena, también el obispo de Orán, Luis Scozzina, se expresó mediante un comunicado. "Recibo con profunda consternación la noticia de la sentencia condenatoria del sacerdote de esta Diócesis, Pbro. Fernando Páez, y deseo manifestar mi sincero dolor por los acontecimientos que han herido profundamente a nuestra comunidad y a la Iglesia en su conjunto. En nombre de la porción del Pueblo de Dios que represento, pido perdón a todos los fieles a los que estos hechos hayan podido causar sufrimiento y escándalo, y reitero nuestro compromiso de colaborar plenamente con la justicia, tal y como venimos haciendo, actuando con total transparencia y responsabilidad para que siempre prevalezca la verdad", afirmó. 

El obispo dijo que desde la Iglesia diocesana se comprometen "a continuar implementando de manera rigurosa toda la normativa correspondiente para asegurar espacios seguros en sintonía con las indicaciones del Su Santidad, el Papa Francisco, y con el ejemplo de Cristo quien nos llama a proteger y cuidar con especial atención a los más vulnerables y a quienes más lo necesitan".

Vera resaltó la importancia de la condena a Páez aunque recordó que en Salta hay curas condenados por abuso sexual, como Agustín Rosa Torino o el obispo emérito Gustavo Zanchetta, que "están con prisión domiciliaria", este último incluso en un convento de Orán.

En este sentido, dijo que el crecimiento de la Red de Sobrevivientes "refleja un cambio en la sociedad que quiere que en todas partes del país y en todas partes del mundo se haga justicia", pero "no la que proclama falsamente e hipócritamente el Papa, todos los obispos, como esa carta o ese comunicado ridículo que ha hecho el Obispado de Orán después de la condena". "Nosotros queremos justicia real, justicia en serio, y que se conozcan estos crímenes, porque son eso, son delitos", manifestó.