Tunga, uno de los artistas más influyentes de Brasil, nació en Pernambuco, en 1952, como Antonio José de Barros Carvalho e Mello Mourao y murió en Rio de Janeiro, en 2016. Fue el primer artista contemporáneo que exhibió su obra en la pirámide del Louvre. Participó en las bienales de San Pablo, Venecia, La Habana, Gwangju (Corea), Lyon, y en la Documenta de Kassel. Su obra forma parte de las colecciones de varios de los principales museos del mundo, como el MoMA de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Houston, el Centro Pompidou de París, el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona y la Tate Modern de Londres.

El Malba acaba de inaugurar, con curaduría de María Amalia García y Nancy Rojas, Yo, vos y la Luna (2015) una sorprendente instalación de Tunga, de las últimas realizadas por el artista.

Quien firma estas líneas estuvo con Tunga en su casa de Rio de Janeiro en 1999, poco antes de que el artista presentara su primera exposición en Buenos Aires, en el Centro Cultural Recoleta, -exposición que contó con la curaduría de Mercedes Casanegra.

Tunga era un artista y arquitecto de vasta cultura, que para hablar sobre su obra -en portugués, francés, inglés o español- cruzaba de la literatura a la física, de la matemática a la filosofía, del psicoanálisis al surrealismo; de la botánica a la arqueología. En ese tejido de saberes que conectaba por momentos muy naturalmente y por momentos de manera arbitraria, su obra emergía -emerge- de manera inquietante, como un plus "excesivo", desbordante y barroco y quizás no tan cercano del conceptualismo, como a priori podría hacer suponer la acumulación de toda esa biblioteca mental. En tal poética del exceso, de la acumulación, del deseo, de la proliferación y el encadenamiento indeterminado, su obra podría pensarse como lo que queda de un ritual anterior, algo así como los restos diurnos de un sueño vívido. Y como en los sueños -así como en las conversaciones sostenidas con el artista- su obra establece relaciones cruzadas no solo por sus saberes, sino también por el legado de la generación de compatriotas que lo precedieron y que él admiraba, como Helio Oiticica y Lygia Clark.

En la obra de Tunga las piezas que van componiendo sus instalaciones establecen continuidades, por ejemplo, entre lo lleno y lo vacío, el contenido y el continente, el presente y lo arcaico; lo transparente y lo opaco, lo enorme y lo pequeño; la naturaleza y la cultura, el adentro y el afuera, lo liviano y pesado, lo táctil y aromático, lo humano y posthumano, y así siguiendo. En sus obras hay, de entrada, un trastrocamiento de la escala, hipertrofias y atrofias de objetos y materiales, sobredosis y restricciones, acentos y elisiones, narraciones incompletas o ausencia total de narración, porque la elocuencia viene dada por la imagen, los objetos y la percepción del conjunto.

Aquella exposición de hace veinticinco años funcionó como una buena introducción a su mundo, en principio porque apuntaba a todos los sentidos. Una combinación de objetos de hierro, imanes, vidrios soplados, textiles, esponjas marinas, sogas, fieltro, lámparas eléctricas, carbón y textos impresos sobre la pared se mezclaba con música y ambientación sonora, así como con dos películas de proyección simultánea (y acción paralela e inversa), realizadas por el argentino Nicolás Guagnini y la brasileña Karin Schneider. Cada obra de Tunga ofrece al espectador una experiencia. En aquella oportunidad también había una performance/instalación, Teresa, nombre que en la jerga carcelaria brasileña se le da a la trenza hecha de frazadas que los presos fabrican para descolgarse de la cárcel y escapar.

Además de la relación crítica con el contexto social, también había referencias directas a la noción deleuziana de la desterritorialización, del arte fuera de caja, de la fuga de las convenciones del llamado "mundo del arte”.

Otra de las instalaciones que presentó en su primera muestra en Buenos Aires, Lúcido-Nígredo, estaba montada sobre una base de vidrio en la que se distribuían conjuntos heterogéneos de materiales confrontados y complementarios. Campanas y botellas, imanes, esponjas, carbones, fieltro, cepillos. Si en un principio la obra aparecía como caótica, de a poco se advertía el rigor clasificatorio y la lógica de las combinaciones, por peso, función, forma, textura, transparencia, brillo, etcétera.

La enorme instalación Yo, Vos y la Luna -que forma parte de la Colección Sarina Tang- tiene como elemento central un enorme tronco de árbol fosilizado, como una instancia anterior a la presencia dominante de los seres humanos y como señal de una temporalidad abismal, anterior a la del tiempo histórico. Además del tronco fósil, la obra está realizada con acero, bronce con pátina de plata, cerámica, cuero, cristal de cuarzo, espejo parabólico, esencia de ámbar, hierro, yeso, gotero, pasta de agua y resina.


Como se explica en el texto curatorial: “La mirada de Tunga en torno a la convivencia entre lo orgánico y lo artificial, también está presente en esta obra a través de las referencias a una concepción metafísica de la corporalidad. Sus cuerpos fragmentarios, en este caso las esculturas de bronce patinado que representan los dedos pulgares, evocan lo vivo como parte de la dimensión etérea de la existencia: ‘ese cuerpo que es fugaz se configura y se reconfigura según nuestro deseo, según la ley de la continuidad de los deseos’, decía el artista.”

Yo, Vos y la Luna fue presentada por primera vez en el Centre d'Arts et de Nature, Domaine de Chaumont-sur-Loire, en 2015, y desde agosto de 2023 hasta marzo de 2024, en el Museo de Arte Moderno de San Pablo.

La exposición se completa con una serie de 36 dibujos -pertenecientes al Instituto Tunga- y una película documental de 2015.

Parte del interés, la tensión y el extraño encanto de la obra de Tunga surge a partir de que el fenómeno estético se transforma en una experiencia que se asume con el cuerpo.

* La exposición Tunga, Yo, vos y la Luna, se puede ver en el Malba, Avenida Figueroa Alcorta 3415, hasta el 17 de febrero de 2025; de jueves a lunes, de 12:00 a 20:00 y los miércoles, de 11:00 a 20:00 (martes, cerrado).