"Hice un humilde paso por la carrera de cine, pero hubo una frase de un apunte del ingreso que me encantó, decía: 'El que sólo sabe de cine, ni siquiera de cine sabe'. Me parece que aplica a todo en la vida." Arte y conocimiento funden sus esencias en una máxima que Larrix pretende como imperativo categórico para el freestyle. O al menos para el suyo.
"Si tu freestyle sólo habla del freestyle, no habla de nada. Pero si con tu freestyle podés hablar de la vida, de la muerte, de los paisajes, de la historia, de la cultura, de tus sentimientos, del odio, el amor, la ira o la envidia, ése es un freestyle rico, una expresión hermosa", expande el rapero de 25 años. Lejano a concebir al freestyle como una disciplina absoluta que empieza y se acaba en sí misma, Larrix propone un diálogo abierto con el mundo exterior a la práctica batallera. "De esa forma, se va a nutrir y a fortalecer como nunca. Yo lo intento, aunque además hablo de lo endogámico, que para mí también tiene que estar", expresa.
Entre tafiroles, "algún librito" y un viaje con amigos, durante el último tiempo el cordobés había estado abocado al culto de lo hogareño. Fue la contraparte de la temporada alta de competencias de freestyle, que inició con la Final Nacional de Red Bull Batalla, donde perdió en cuartos contra Stuart -a la postre ganador de la tarde- en una especie de "final anticipada". Ahora sigue con la nueva temporada de FMS Argentina y también con la FMS World Series, o "la Superliga del Freestyle", donde está clasificado por haber sido campeón internacional el año pasado. "La vida del freestyler profesional es así: un par de meses no hacés nada y los otros dos, hacés todo", subraya.
La nueva temporada de FMS Argentina va a ser la primera que va a encarar como campeón nacional e internacional vigente, gracias a la cosecha jugosa del año pasado. "Argentina destaca por la variedad de freestylers que tiene. Creo que constantemente me van a decir: 'Sos campeón pero tal cosa'. Eso tiene el freestyle, a veces algunos argumentos son previsibles y se terminan gastando, pero si tenía que haber algún argumento repetitivo en mi contra, qué mejor que que sea éste, ¿no?."
La primera jornada se va a dar este domingo desde las 18 en la Sala del Museo del Carnaval de Montevideo, Uruguay, donde su rival va a ser Jesse Pungaz. La segunda, el 17 de noviembre a la misma hora en Arena Sur (Av. Sáenz 459, CABA) será con Dybbuk como rival. "No tiene sentido pasar toda la vida relamiéndote con lo que ganaste, uno tiene mucho para dar y es más que un título", reflexiona Larrix. "Uno es un artista completo, lo importante es seguir laburando. Hay muchas cosas por mejorar y eso no lo cambia si salí campeón, si perdí en octavos o lo que sea."
- ¿Qué aspectos considerás que podés mejorar?
- Algunas cosas de musicalidad, sin dudas. Más allá del rapeo, eso se aprende muchísimo desde el oído, escuchando música nueva, artistas nuevos. Recuperar algún grado de locura creativa que tal vez tuve en la primera temporada más que en la segunda, y después mejorar cosas que creo que están bien, pero pueden estar mejor. Me gustaría pulir la construcción, seguir aprendiendo cosas de cultura general que todavía desconozco y que seguro engalanarían muchísimo mi freestyle. Eso, más todo lo que trae la experiencia, que es paso a paso.
- ¿De dónde provienen tus conocimientos de cultura general?
- Es un legado familiar. Mis viejos y mi hermano siempre disfrutaron mucho de la cultura y me lo transmitían siempre. Mi hermano me presentó tanto el rap como la filosofía y las buenas novelas. Mis viejos también: mucho cine, mucho audiovisual. A pesar de que ninguno se dedicaba a eso, la nuestra era una casa muy cinéfila. Hoy, al igual que me entretengo jugando un jueguito y viciando un montón, también me puedo entretener viendo algún documental de Historia.
- ¿Es un hábito adquirido o una cuestión de disciplina?
- Trato de que esas cosas permanezcan como buenos hábitos. Hoy es muy, muy difícil sentarse y concentrarse. Leer, por ejemplo, es un reto prácticamente imposible. La capacidad de atención está destruida porque estamos todo el día con pantallas, reels y videos de Tik Tok que duran 10 segundos. Trato de que mi vida no sea sólo eso, intento llenarla de buenas experiencias y, entre ellas, está leer, emocionarse con una buena película o una buena serie de vez en cuando. Aprender me gusta mucho, me gusta mucho aprender de ciencias que tal vez son más complicadas para mí, como las exactas.
- ¿Por qué pensás que las nuevas versiones de FMS incluyen en proporción menos estímulos externos y más minutos libres?
- Creo que FMS está todos los años buscando transformarse para responder no sé si a algo del comercio, una búsqueda del público o de ellos mismos. El año pasado estábamos hablando de una transformación, el otro año también. Creo que es una búsqueda más a nivel empresarial, sinceramente, de acortar tiempo para que la gente vea más la totalidad del evento, y de acortar participantes por un tema de financiación. Es algo de ellos, no vale mucho la pena que yo lo medite, ya que no soy empresario, al menos por ahora. A nivel artístico, a mí me encanta cualquier formato.
- ¿Qué lugar ocupa la obsesión en tu historial como competidor o como personaje público?
- El principal, quizás. No tengo idea de si tengo talento o no, lo que sé es que he puesto mucho trabajo, traté de formarme y de volverme un tipo que sepa, astuto. En algunas cosas, busqué también aprender de mucha gente mejor que yo. Esa obsesión siempre estuvo y creo que, si cuenta como herramienta, debe ser de las principales en mi vida. El hecho de estar locamente apasionado y siempre querer mejorar, ser exigente con uno mismo y con el arte que entrega a la gente. Diría que la obsesión es algo primordial en la construcción de Larrix.
Mucho antes de concebir a Larrix, Lucas Larrazabal nació en Córdoba un día de junio de 1999. A los tres años se fue a vivir a España con su familia. Ahí, durante la primera adolescencia, conectó con el rap por primera vez: Violadores del Verso, SFDK, ToteKing, M-Jota, Los Chikos del Maíz, Mucho Muchacho y, algo después, Rafael Lechowski. "Muchísimas cosas las aprendí de ahí, es algo que me va a acompañar toda la vida", dice. "Además, veía competencias de allá y de acá." Una vez repatriado, despegó definitivamente como competidor en 2021. Ganó la Copa Federación de Argentina y también Combate Freestyle, quedó segundo en el ránking de ascenso y así recaló en FMS.
Ya consumado como competidor de elite, Larrix destaca por la variedad de recursos de los que se nutren sus rimas, pero también por detalles de puesta en escena que recuperan cierto espíritu amateur. Como cuando se metió a competir entre el público contra Klan o como cuando en batalla contra Papo le tiró el trofeo de FMS a la gente, con el título todavía en disputa. "La búsqueda del equilibrio entre lo profesional y lo amateur es un laburo constante, a veces una cosa tapa a la otra", destaca. "Hablo sobre todo del profesionalismo. Es muy triste darse cuenta de que hay épocas en las que la conexión de uno con el rap es sólo ir al evento y volver."
"Para mí, la mejor forma de que esté el espíritu del amateurismo, de las plazas, que es lo más hermoso que tiene el rap, es estar activo, organizar e ir a competencias, juntarte con tus amigos de la movida más allá de los eventos, crear tu música, armar tus proyectos", ahonda. "Tengo épocas de dejadez y épocas en las que estoy activo, creo que no he conseguido del todo un equilibrio. Siempre trato de que ese espíritu esté, pero es difícil, a veces la industria es más pesada que los pensamientos internos. Para mí es clave porque, en la que perdés una, en la otra no funcionás. Cuando perdés ese hambre que traés desde tus inicios, esa clandestinidad, no brillás. Al menos no lo disfrutas en lo profesional."
- ¿Qué te queda por hacer en el freestyle?
- Si hablase "resultadíticamente", diría que ganar la "Superliga", las Red Bull nacional e internacional, o la God Level, si es que vuelve. Volver a ganar FMS. Pero no tendría mucho sentido hablar de resultados, todavía quiero hacer las cosas mucho mejor de lo que las hice. Espero que me quede disfrutar de muchos eventos, sorprenderme conmigo mismo, aprender. Seguro me aguardan derrotas y victorias, momentos amargos y dulces, aunque han sido muchos los buenos y no me puedo quejar. Pero creo que me aguardan grandes cosas. De mi parte voy a poner mucho tiempo, cariño, fuerza, ganas, valentía. Ojalá pueda conectar de la mejor forma posible conmigo mismo y con la gente que escucha, y tener momentos inolvidables.