En la tarde de un lunes con aires veraniegos, la gente de River se acercó al estadio Más Monumental para alentar y mostrar su apoyo a los jugadores y cuerpo técnico, de a cara a lo que va a ser el partido de vuelta frente al Atlético Mineiro. Con la ilusión de que se concrete la hazaña, los hinchas cantaron y suscribieron su fe a que este martes el equipo conducido por Marcelo Gallardo pueda revertir el 3 a 0 abajo que se trajo de Brasil. “El Muñeco nos enseñó a creer hasta el último minuto”, dijo un hincha que llevaba a su hijo en los hombros.
“Este martes cueste lo que cueste, este martes tenemos que ganar”, entonaron los riverplatenses, quienes concurrieron de forma masiva con camisetas, bombos, banderas y bengalas. Lo que se imaginó como un evento de asistencia moderada, teniendo en cuenta el comienzo de la semana y que el horario estaba en la frontera de la finalización de la jornada laboral y las actividades diarias, las estadísticas saltaron por los aires. Primero se dijo 10 mil entre los colegas que asistieron, luego 17 y finalmente se terminó de certificar una asistencia de más de 20 mil personas.
La seguridad de River tuvo que correr las vallas que delimitaban el acceso y estirar el espacio estipulado porque la gente seguía acumulándose en la puerta del club que da a la avenida Figueroa Alcorta y se empezó a temer que pudiera suceder algún incidente. Como una corriente de agua que toma cauce fluvial, cuando la represa levanta la barrera, los miles de hinchas que habían llegado con el entusiasmo de ver de lejos a los jugadores, ingresaron en gran número al grito de “quiero la Libertadores…”.
El playón del Monumental se pobló de sueños y esperanza. Los cánticos no cesaron en ningún momento y la pirotecnia le dio marco festivo. Los jugadores salieron a saludar y recibieron la energía irradiada por los fanáticos. Muchos se asombraron con la cantidad de hinchas que vieron. Saltaron, algunos se animaron a unos pequeños pasos de baile y entonaron las canciones que llegaban como gritos de guerra. Ni bien apareció Gallardo, retumbó una ovación y el entrenador se emocionó con el apoyo y no dejó de gesticular con sorpresa por el marco de gente con el que se encontró.
Si este martes el Muñeco logra la épica y consigue una victoria frente al Mineiro de Gabriel Milito, será la cuarta vez que juegue una final de Copa Libertadores al mando del Millonario. Cabe recordar que las anteriores ediciones fueron en 2015 ante Tigres de México, en 2018 contra Boca Juniors, de ambas fue ganador, y perdió ante el Flamengo en 2019. “Soy de River, soy de River…”, fue otro de los que sonó desde las gargantas riverplatenses.
Al momento de la desconcentración, lo que se percibió fue una voluntad de quedarse en las inmediaciones del estadio, de hacer guardia en el playón y alentar hasta el momento del partido, pero la seguridad desarticuló enseguida cualquier posibilidad de pernocte. “Mañana volvemos, River”, dijo uno de los asistentes al banderazo. Y su amigo, besando el escudo de su camiseta, soltó entre lágrimas una frase de la canción Amok! Amok! del Indio Solari: “Nos merecemos bellos milagros, y ocurrirán”.