Dos décadas ¡redondas! han pasado desde que la porrista Buffy Summers y su troupe de freaks & geeks comenzaran a dar batalla contra cuanto rufián de mitología cayera en su movidito pueblo californiano, Sunnydale. Que conforme el destino salva-apocalipsis de la blonda teen, estaba ubicado precisamente sobre un terrible portal llamado la Boca del Infierno. Y aunque Buffy, la cazavampiros se especializara en chupasangres, quiso la suerte -más bien, los guionistas- que lidiara con los más diversos contrincantes; por caso, demonios biomecánicos, zombis, marionetas posesas, momias incas, mantis religiosas gigantes, hombres lobo, hombres hiena, ¡Drusilla!, y así. Pues, con motivo del 20 aniversario de la noventera tira sensación, la compañía juguetera Funko -especializada en figurines de icónicos personajes pop- anunció que en breve lanzará al mercado novísimos muñecos que rendirán sentido homenaje a la resiliente señorita estelar (¡la elegida!) y a algunos de sus amigos de la amorosa Scooby Gang. Así, a colecciones pasadas que ya emperifollan estantes muchos con figurines de la propia protagonista, la brujita nerd Willow y los vamps rompecorazones Ángel y Spike, ahora les harán compañía nuevos chiches…
Entre ellos, una encantadora representación de Rupert Giles: bibliotecario y entrenador de Buffy, dedicado a guiarla en el consagrado oficio de cazadora, de salvaguardar a la humanidad. O bien, el muñeco de Xander, fiel best friend; en esta versión, tuerto, tras perder el ojo en contienda con cierta manifestación del mal… Empero, acaso las vedettes de ocasión sean otros tres figurines: el de Faith, rebeldona cazavamps que acaba dando una manito a la tropa; el de Dark Willow, que deviene adicta a la magia negra y acaba cruzando hacia el lado oscuro (para más tarde regresar a la senda del bien, no vaya nadie a temblar); y el de Buffy, como no podía ser de otro modo. Buffy con largo y blanquísimo vestido de graduación, chaqueta de cuero y, completando el look de final de primera temporada, una ballesta que le servirá de aliada para convertir en polvo al antiquísimo Maestro, líder de la Orden vampírica de Aurelius, primer gran bellaco. Primero de muchos, sobra aclarar. Fueron, después de todo, siete extremas temporadas.