Hoy Maradona cumpliría 64 años. Nació en primavera, con el orgullo villero insertado en la médula. Con la voluntad de creer se refugió en el sueño sosegado de los humildes. Ese lugar del que nunca se fue.

Hemos necesitado miles de rebeldías para dejar de ser vasallos y súbditos, y un uso autónomo de la razón para poder decidir quiénes deseábamos ser. Sin embargo, en esta realidad boca abajo, la cruda ética individualista prevalece sobre los valores menospreciados de la solidaridad.