En línea con la campaña del Gobierno nacional contra los gremios, el secretario de Transporte, Franco Mogetta, descalificó a los dirigentes sindicales con el mote de “pilotos del tren fantasma” y los acusó de concretar un paro que “es un boicot político” contra la administración de Javier Milei "que no para de mejorarle la vida a los argentinos".
Para el funcionario, la medida de fuerza en el sector del transporte (salvo colectivos) que se realiza desde la medianoche “no tiene ningún tipo de justificativo racional” y solo está realizado por dirigentes “que miran sus propios intereses y los de un sector que en la Argentina ya no tiene vuelta”.
Además, con un discurso furioso desacreditó las razones de la medida de fuerza acatada por un amplísimo sector de la clase trabajadora y, contrario a esta realidad, consideró que “poco a poco estas prácticas van a ir diluyéndose en el tiempo porque la verdad que no tienen la aceptación de la gente común”.
El paro según Mogetta
“Hoy se le complicó la vida al laburante normal, que cada vez se siente menos representado por estos señores”, interpretó y continuó con su denuesto hacia los dirigentes gremiales. Los acusó de “dejar a los trabajadores a pie y sin la posibilidad de salir a trabajar para ganarse el mango”, e inclusive de “maltratarlos”.
En su opinión, el paro de hoy no es un derecho que ejercen los trabajadores sino “un boicot político” contra el Gobierno y también “una práctica habitual del apriete para seguir sumando sindicatos".
Dijo que con un parto “no se puede mejorar la vida a absolutamente nadie” y supuso que “la gente común se las arregla para ir a laburar de la forma que sea”.
“El paro es un boicot político de un grupo de dirigentes que básicamente está mirando sus propios intereses y los intereses de un sector político que en la Argentina ya no tiene vuelta, ya está retirada”, disparó durante una entrevista por Radio Mitre.
Según Mogetta, el paro “no tiene ningún tipo de justificativo racional” porque, para él, “no hay un reclamo concreto”. “Hablan de temas muy abstractos como son ‘la justicia social’ o ‘la soberanía’, que son temas que no se pueden resolver en una mesa de negociación entre el empleador y el empleado”.
Asimismo, subrayó que los dirigentes sindicales “son funcionales a un grupo de dirigentes políticos que está hoy tratando de organizarse para complicarle la vida a un gobierno que no para de crecer, que no para de mejorarle la vida a los argentinos”
También los calificó como “jinetes del atraso” y “pilotos de un tren fantasma con todos sus temas económicos resueltos”. “Son sindicatos engordados que lo único que hacen con estas medidas es tratar de cuidar esos privilegios que fueron consiguiendo durante los últimos gobiernos, que le han sido dados por vaya a saber qué favores a cambio”.
“Lo único que buscan es perjudicar al gobierno, pero en realidad perjudican a la gente”, insistió.