Desde Villa Gesell

Un momento de suma tristeza se vivió cerca de las 21 horas de ayer en la zona donde se derrumbaron el apart hotel Dubrovnik y el lindero edificio Alfio I de Villa Gesell, cuando se supo que los rescatistas habían encontrado entre los escombros un cuerpo sin vida. Este significó el primer hallazgo de las personas que estaban morando en el alojamiento cuando se produjo el desmoronamiento de la torre de diez pisos en la madrugada del martes.

Si bien horas después del hecho habían aparecido entre los restos de la catástrofe una mujer de 79 trasladada a Mar del Plata --estable y bajo observación-- y su pareja de 84 fallecida, lo cierto es que ambos estaban ocupando en realidad un departamento del Alfio I, la construcción lindera que quedó parcialmente destrozada tras la caída del Dubrovnik.

El hallazgo de esta nueva víctima fue manejado con cautela entre todas las fuerzas y delegaciones que participan del operativo sobre Avenida 1 entre Buenos Aires y Paseo 103, ya que si bien el cuerpo fue advertido entre los escombros, resultaba aún difícil extraerlo de una zona entreverada por ladrillos, cementos y fierros, lo cual a su vez volvía difícil su identificación. Un gazebo sobre la Avenida Buenos Aires --a 50 metros de la zona de trabajo de los 300 rescatistas-- nuclea a familiares y allegados de las personas atrapadas en el desmoronamiento, quienes transitan momentos de gran angustia y tensión y son permanentemente asistidos por psicólogos y personal de salud mental.

Una pregunta terrible

Al momento de la aparición de este nuevo cuerpo se les preguntó si recordaban o quizás sabían la vestimenta que sus conocidos llevaban en la madrugada del martes, cuando el Dubrovnik se vino abajo en lo que terminó siendo el desastre edilicio más grave que padeció Villa Gesell en toda su historia.

La noticia supuso un baldazo de agua fría en una jornada donde se perseguía la esperanza de encontrar gente con vida, sobre todo cuando Hugo Piriz, jefe del cuartel de bomberos de Villa Gesell, había expresado que los dispositivos con tecnología sonar utilizados para localización acústica registraron pulso debajo del mismo sector de piedras donde poco antes algunos de los perros de búsqueda también detectaron lo mismo.

Píriz intentó ser prudente respecto a la confirmación de un anuncio de semejante sensibilidad, ya que el pulso puede pertenecer a un corazón humano pero también al goteo de agua. Aunque poco después se supo que el hospital local había entrado en alerta naranja, lo cual significa que el mismo debe disponer las condiciones necesarias para recibir en cualquier momento una persona con vida tras un desastre.

En simultáneo, una carpa tipo gazebo azul fue colocada especialmente en una zona determinada de los escombros donde estaban trabajando los rescatistas para asegurarles discreción e intimidad frente a los drones de medios de comunicación que sobrevuelan el área de la tragedia.

Están surcando túneles internos

Con todo, los rescatistas que trabajan de manera intercalada con gran desgaste físico y mental, decidieron cambiar la estrategia de remoción, que hasta ayer era de escombro por escombro: ahora se sumó una nueva complejidad al surcar túneles internos apuntalados con vigas y tabiques de madera.

El objetivo es poder recortar con mayor agilidad el laberinto de cemento y ladrillos, y así llegar a los sectores donde estiman que pueden encontrarse las personas atrapadas debajo del derrumbe. Además, en la noche del miércoles la grúa con la que se aceleraba la remoción de las lozas quebradas, fue sustituida por otra cuya capacidad operativa es cinco veces mayor.

La lista de personas buscadas cuya identidad se pudo certificar llega a siete: María Rosa Stefanic, de 52 años y anterior propietaria del apart hotel, su sobrino José Stefanic de 25; la pareja de éste, Dana Desimone de 28, más cuatro obreros que habitaban unidades funcionales del lugar ya que estaban trabajando en tareas de refacción que ahora se investiga si fueron las causales del derrumbe fatal.

La investigación judicial

En simultáneo, la fiscal Verónica Zamboni de la Unidad Fiscal de Investigación 6 de Villa Gesell se dedicó a avanzar sobre la causa que de momento lleva la carátula de estrago culposo agravado por muerte y tiene detenidas a cuatro personas que estaban en el edificio, pero lograron escapar antes de que se viniera abajo, presumiblemente porque antes del desvanecimiento escucharon ruidos que los alertaron.

Se trata de tres albañiles y un capataz, cuya firma aparece certificando el acuse de recibo de la carta a través de la cual el municipio local intimó en agosto pasado el cese de obras que no estaban autorizadas. La misiva llevaba la rúbrica y el sello de Nicolás Valdez, director de Inspección de Edificios Privados y Espacios Públicos de Gesell, sobre quien Zamboni también deberá determinar el grado de responsabilidad respecto a una medida que él ordenó pero no logró que se cumpliera.

Además, los actuales propietarios del Dubrovnic se presentaron en la fiscalía por medio de un abogado, mientras que fueron notificados y allanados en Mar del Plata dos arquitectos cuyas firmas fueron encontradas en planos de obra del apart hotel.

La hipótesis principal sobre la caída del apart hotel responde a la idea de que dentro del mismo se estaban realizando obras sin las habilitaciones correspondientes, lo cual abre la búsqueda de la responsabilidad entre los nuevos propietarios, los arquitectos y el Municipio, a pesar que de momento, los únicos detenidos son cuatro albañiles.