Cabo Verde es un país ubicado en un archipiélago volcánico, conformado por 10 islas frente a la costa noroeste de África. Un lugar con playas paradisíacas de agua cristalina. Durante la segunda mitad del siglo XIX, principios del XX y luego de la Segunda Guerra Mundial, hubo una importante migración de cavoberdianxs a Argentina, ese fue el caso del padre y la abuela materna de Miriam Victoria Gómez, profesora de literatura africana y defensora de la cultura afo.
Nacida y criada en Dock Sud, Miriam vivió siempre rodeada de su comunidad ya que allí se instalaron una gran parte de lxs caboverdianxs que llegaban al país. Provenientes de un lugar isleño, eran marinos expertos y se ubicaron en esa ciudad portuaria del conurbano bonaerense donde lograron desempeñarse con total oficio en el mundo de la pesca, el mar, el puerto, la Marina de Guerra, la Marina Mercante y la Flota Fluvial del Estado Argentino (FFEA). Lxs caboverdianxs representaban una mano de obra muy necesitada por esos años ya que el país recién comenzaba a desarrollar su industria marítima. Además, muchxs migrantes cavoberdianxs fueron empleadxs en la Empresa Líneas Marítimas Argentinas (ELMA), creada en 1960 y destruída en los 90 por el gobierno neoliberal de Carlos Menem.
Durante las décadas de los 60 y los 70 quienes emigraron de las islas acompañaron a la distancia la lucha por la independencia y los procesos de descolonización que se desarrollaban en el continente africano. Incluso en Argentina se creó una sede del Partido Africano para la Independencia de Guinea y Cabo Verde (PAIGCV) que apoyaba los procesos de liberación de esos estados que sufrían el sometimiento colonial portugués.
La lucha por el reconocimiento de la presencia afro
En 1983 con la recuperación de la democracia Miriam comenzó a involucrarse en la cultura africana: "Fue un momento que coincidió con el compromiso político de muchos jóvenes de aquella época, representó esa primavera democrática, una especie de liberación y todos sentimos un llamado a la participación política", explica. Sin embargo, años atrás Miriam ya había incursionado en los conceptos e ideales que aprendió dentro de su comunidad.
Desde muy joven Miriam se dio cuenta que era feminista cuando decidió desafiar algunos órdenes establecidos como su interés por dirigir la institución de su comunidad que implicaba la toma de decisiones en lugares, que antes no ocupaban las mujeres. "Estábamos reservadas a la Comisión de fiesta o a la decoración, sin embargo, mi intención apuntaba a poder dirigir y tomar decisiones en favor de la comunidad, lograr transformar nuestra existencia desde el movimiento afro y el pensamiento afro que es por fuerza y por definición antiracista, feminista, antipatriarcal y anticolonialista", explica. En 1993 Miriam se convirtió en la primera mujer en presidir la Sociedad de Socorros Mutuos "Unión Caboverdeana", espacio que ocupó durante tres períodos al frente de esa organización que ya lleva 90 años impulsando la cultura afro y la defensa de los derechos de inmigrantes africanxs y sus descendientes.
La referenta afro asegura que en Argentina hay una falta de visibilidad estadística de la comunidad afro que fue y es largamente negada y expulsada a los márgenes de la sociedad. Ella fue una de las impulsoras de la variable afrodescendiente que luego fue incorporada en el censo nacional del 2010 y el 2022. “Si bien las cifras resultantes de los censos no nos satisfacen en absoluto, tenemos que seguir imaginando nuevas estrategias para que las personas empiecen a indagar en su pasado, en su familia, en sus raíces y dejen de ocultar esa presencia afro que es tan importante. Hay que empezar asumir esa diversidad de la que tanto hablamos”, asegura.
Miriam lucha por el reconocimiento de la presencia afro en Argentina, lo que significa: “Visibilizar las contribuciones de los africanos y africanas esclavizados que llegaron al país en esa condición y que todavía hoy siguen aportando a la construcción de la sociedad, en definitiva restituir el lugar que merecen como parte integral de nuestro país”, en sus propias palabras. En esa lucha por el reconocimiento Miriam propone reeducar al otro que ve a lxs afrodescendientes en Argentina como extranjeros: “Hay una mirada que muchas veces es curiosa y otras veces es de temor y hasta de desconfianza. Entonces reeducar esa mirada significa que la Argentina asuma de una buena vez su riqueza étnica, cultural, lingüística y social.”
¿Con qué te encontraste cuando comenzaste a trabajar por la defensa de la cultura africana?
--Desde muy joven siempre tuve interés y curiosidad por conocer qué otros descendientes de africanos había en la Argentina porque el discurso que circulaba y hasta hoy circula es que acá no había negros. En esa búsqueda me relacioné con el Comité Argentino Contra el Apartheid, que se había creado con la democracia reciente gracias a Enrique Nadal, un líder afroargentino muy destacado. Es importante decir que la Argentina también es afro y esto lo podemos verificar en diferentes momentos de la historia, en primer lugar con el tráfico de africanos y africanas esclavizados. Una vez abolida la esclavitud llegaron nuevas migraciones a fines del siglo XIX y principios del XX, provenientes de Cabo Verde, África Occidental y a finales del siglo XX se produjeron nuevas migraciones de origen africano pero también también de países latinoamericanos como Colombia, Chile, Perú, Bolivia, Uruguay, etcétera. Esa presencia es la que tenemos que poner en destaque y demostrar su contribución. Todo esto me llevó a buscar a otros y otras protagonistas de esta historia y es así como encontré a los afroargentinos de La Matanza, Merlo, Moreno y también de las provincias: afrochaqueños, afrosalteños, afroentrerianos, afrocordobeces. Todos ellos a través de sus líderes y lideresas estaban organizados constituyendo un movimiento que llamamos el movimiento afro en argentina que viene desde hace siglos reivindicando nuestra presencia.
¿Por qué surge el feminismo afro?
--El feminismo afro surge porque nos dimos cuenta que el feminismo hegemónico blanco no contemplaba ciertas particularidades de nuestro movimiento, por ejemplo, para las mujeres pertenecientes a la clase media o media alta, que son aquellas que iniciaron el feminismo tradicionalmente hablando, la lucha era tal vez por salir del hogar, evadir el ámbito doméstico y poder profesionalizarse e incluso trabajar fuera de la casa. Para nosotras, las mujeres negras, que siempre trabajamos fuera de la casa, eso no era una conquista o una lucha por encarar. Nuestra lucha tenía que ver con tratar de equilibrar esa desigualdad de oportunidades que heredamos del tráfico esclavista de la colonización. Cuando nos integramos a los Encuentros Plurinacionales que se realizan en Argentina desde hace más de 30 años, conseguimos un taller de mujeres afro, ganamos la calle y pudimos manifestar nuestra particularidad como mujeres afrodescendientes. El feminismo negro o afro viene a ampliar la mirada y a incluir a esos sectores de mujeres y diversidades que no habían sido tenidos en cuenta por el feminismo blanco hegemónico, en ese sentido, los feminismos negros aportan varios conceptos al feminismo en general: primero la lucha contra el racismo, nosotras decimos que el feminismo será anti racista o no será, esa variable no había sido tenida en cuenta jamás. En segundo lugar y de la mano con esto va a la interseccionalidad que es una herramienta de análisis político desarrollado por feministas negras que analizan la situación de nuestras mujeres. Ahora el concepto de interseccionalidad se utiliza para analizar varias realidades y diferentes opresiones. En tercer lugar y no menos importante esta la dimensión ancestral, que es la espiritualidad que está presente en todas las manifestaciones y actividades de las feministas negras en todo el mundo, pero también acá en Argentina.
¿Cómo se manifiesta el racismo en Argentina?
--Con respecto a la existencia de racismo en nuestra sociedad este se da en varios niveles: estructural, institucional e interpersonal. El racismo es una tara y un condicionamiento social que heredamos del colonialismo y de la trata esclavista. Los conceptos, los sistemas de castas, el lugar que las personas irían a ocupar en la sociedad dependía de su mayor o menor acercamiento al patrón físico europeo, es decir, al fenotipo blanco europeo. Cuanto mayor sea la cercanía a ese fenotipo más cerca está la persona del disfrute de ciertos privilegios que los que están más lejos de ese fenotipo no disfrutarían y que tiene que ver con el acceso al trabajo y a ocupar cargos específicos en la toma de decisiones. La presencia negra es casi inexistente, por ejemplo, en los tres poderes del Estado. Además si bien el concepto de raza ya ha sido desestimado por la ciencia siguen prevaleciendo en las creencias sociales, es una construcción social que regula las relaciones interpersonales entre las personas , valga la redundancia. Como sostiene muy acertadamente la doctora Anny Ocoró Loango, vivimos en sociedades racializadas en las que el racismo se convierte en un principio organizativo de las relaciones sociales, esto es así: la raza es una categoría social muy poderosa que domina el imaginario y la identidad y, por lo tanto, tiene efectos concretos en la vida cotidiana de las personas.
¿Crees que en Argentina hay un racismo que no se reconoce?
--A veces me preguntan si yo creo que hay racismo en la Argentina y en realidad no es lo que yo creo, es una constatación. Uno tiene que simplemente mirar estadísticas, números, registros censales y empezar a constatar ciertas estrategias de invisibilización. Uno tiene que empezar a averiguar o a preguntarse por qué no hay mayor presencia afro en los medios de comunicación, por qué no hay más información sobre la cultura africana en la Argentina en los programas de estudio y justamente por qué no tenemos representación política. Eso me llevó a pensar que no es que no hay afrodescendientes en Argentina, sino que hubo un proceso de invisibilización deliberada. Este racismo institucional estructural e interpersonal no es asumido como debiera por la sociedad argentina y no es discutido seriamente. Ni siquiera el progresismo más abierto y más dispuesto a integrar la diversidad discute profundamente la cuestión del racismo como un instrumento de segregación y de exclusión social, que es lo que yo creo que es el racismo, un instrumento al servicio de la explotación, la exclusión y la disminución de derechos, de las personas afrodescendientes.
¿Qué representa el 8 de noviembre?
--El 8 de noviembre es el “Día Nacional de las/los Afroargentinas/os y de la cultura afro” justamente como resultado de un proceso de incidencia política de las organizaciones negras del país que impulsaron la ley 26.852 sancionada en el año 2013 y que establece este día en honor a la madre de la patria, María Remedios del Valle, la capitana que luchó en los ejércitos del Norte que estaban al mando del general Manuel Belgrano, quien le dio el título de capitana. Madre de la patria es un nombre que le dieron sus colegas de armas.
En el mes de la afro argentinidad se van a realizar diversas actividades, la primera será el 4 de noviembre con un seminario de Literatura afrodescendiente hecha por mujeres en la Biblioteca del Congreso de la Nación que irá acompañado de un ciclo de cine afro. El 8 se llevará a cabo la segunda marcha de las Comunidades Afroargentinas, Afrodescendientes, Africanas, Afrodiaspóricas y Panafricanistas unidas que se replicará en distintos puntos del país y el 20 de noviembre, día de la conciencia negra en Brasil, la comunidad afro en Argentina también lo celebrará en el Centro Cultural Plaza Defensa, un lugar histórico para lxs afroargentinxs.