Sara Facio, haber estado ahí 6 puntos 

Argentina, 2023 

Dirección: Cinthia Rajshmir 

Guion: Marcela Marcolini y Cinthia Rajshmir 

Duración: 75 minutos 

Intérpretes: Sara Facio. 

Estreno en salas.

Entre los muchos artistas notables que ha dado el siglo XX en la Argentina, en todas las disciplinas, el nombre de Sara Facio se alza como uno de los pocos que se pronuncian de forma inevitable al hablar de fotografía. En su figura, arte y artista se funden como solo ocurre con quienes alcanzan los niveles más altos en los distintos tipos de expresión. El documental de Cinthia Rajshmir Sara Facio, haber estado ahí propone un retrato de la gran fotógrafa que, afortunadamente, alcanzó a funcionar como un merecido homenaje en vida, estrenándose en la última edición del Bafici, apenas unos pocos meses antes de su fallecimiento, ocurrido el 18 de junio pasado.

La película se articula casi como un autorretrato, en el que la propia Facio desgrana sus memorias en torno a su desarrollo como fotógrafa. Un relato que va siendo jalonado por sus producciones más famosas, como aquellas en las que registó fenómenos populares, como el tumultuoso regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina en 1973, o la multitudinaria despedida que el líder recibió tras su muerte, poco más de un año más tarde. Pero también sus retratos de escritores, que entre otros han inmortalizado a nombres como Julio Cortázar, Pablo Neruda o María Elena Walsh, con la que Facio compartió un muy extenso vínculo afectivo y personal.

De ahí la película obtiene un tono rememorativo marcado por la añoranza, en el que una Facio con más de 90 años recuerda aquella época en la que la cámara era una extensión de su propio cuerpo. En sus diálogos con la directora, la fotógrafa aporta algunos conceptos que logran dar cuenta de las líneas éticas y estéticas que confluyeron para darle forma a su mirada. Algo de eso ocurre cuando ambas regresan a La Boca, donde Facio realizó en los ‘60 una serie que registraba el carácter popular del barrio. Al notar la ausencia de los boteros que cruzaban a los obreros que venían del sur a trabajar a la ciudad, la fotógrafa afirma que los espacios “donde falta gente están un poco muertos”. La frase no solo expone un criterio artístico, sino también una mirada social en la que la palabra “gente” adquiere un valor muy específico.

“La fotografía no es como el cine, que tiene una continuidad. A la fotografía la pescaste o se fue, murió. No existe más”, afirma la protagonista. Ese arte de capturar lo efímero es lo que distingue a la obra de Facio y lo que Rajshmir quiso transmitir. Un objetivo que a veces se diluye en algunas intervenciones de figuras ajenas al relato mismo, incluso de la propia directora, que aún siendo breves no realizan aportes cinematográficos significativos que las justifiquen. Más allá de eso, la película logra dar cuenta de la dimensión de un personaje que era (y sigue siendo) muy difícil de abordar sin reducir.