Vecinos y vecinas de Nueva Pompeya presentaron un proyecto de ley en la Legislatura porteña para reclamar la construcción de un Centro de Salud y Acción Comunitaria (Cesac) en un terreno sin uso del barrio. Se trata de un predio en el que meses atrás se demolió un edificio centenario que perteneció a los talleres Vasena y que en los últimos años había caído en la ruina. Ahora el terreno quedó baldío y las agrupaciones vecinales, con el apoyo de la junta comunal, piden la construcción del centro al argumentar que no cuentan con un espacio de ese tipo en la zona.
Propiedad de los Vasena, luego de la metalúrgica Tamet y al final de la embotelladora Baesa, ese fue el derrotero del edificio histórico de tres plantas ubicado en el cruce de Santo Domingo y Diógenes Taborda, a sólo dos cuadras del Riachuelo, que a fines de agosto quedó reducido a escombros. Fue propiedad privada hasta 1997, cuando el Gobierno porteño lo declaró de utilidad pública y desde entonces quedó abandonado. La ruina fue tal que el año pasado un informe realizado por ingenieros del barrio indicó que el edificio, declarado de "interés comunal", corría grandes riesgos de "colapso inminente" y recomendó su demolición. El Ministerio de Infraestructura porteño abrió la licitación para derribar el inmueble, lo que fue ejecutado finalmente por la empresa Mitre Demoliciones.
Ahora allí ya no hay nada más que un predio sin uso de casi un cuarto de manzana y los vecinos y vecinas proponen que se le dé un destino útil para las necesidades del barrio. Por eso, a través de la Red Pompeya al Sur presentaron formalmente una iniciativa para lograr que se construya un Cesac en el lugar. El proyecto, con giro a la Comisión de Salud de la Legislatura, prevé la transferencia del predio a la órbita de la cartera sanitaria porteña y la posterior construcción del centro de salud.
En los fundamentos del proyecto, acompañado por un listado de más de 400 firmas, los vecinos y vecinas advierten que "nos encontramos viviendo en uno de los sectores más postergados de la ciudad". "La histórica problemática de deficiencia de infraestructura de servicios esenciales que padece el sur de la ciudad, sumado a las obras paliativas que se encuentran en proceso y a las tantas otras que están inconclusas, agudizan cada día más las condiciones de vida de la población y ponen en evidencia las diferencias que existen con el norte", agregan.
Los fundamentos hacen hincapié en este sentido en la falta de espacios sanitarios de este tipo en las inmediaciones del barrio: "El hospital más cercano a nosotros, y del cual dependen los centros de salud del área, es el Hospital General de Agudos José María Penna. El mismo no cuenta con los recursos necesarios para satisfacer el incremento de la demanda actual de salud. Justamente, la creación de los Cesacs tiene el objetivo de descentralizar los servicios hospitalarios para no sobrecargarlos", sostienen.
El punto del "incremento de la demanda" también aparece señalado en el proyecto de declaración que la Junta Comunal N°4 presentó en la Legislatura para acompañar el pedido de los vecinos y vecinas. En el texto, la junta recuerda que la densidad del barrio aumentó recientemente "por la relocalización de la población del barrio de emergencia 'Mundo Grua'", un proceso en el que se trasladó a más de 120 familias de la Villa 21-24 a un complejo habitacional ubicado a sólo dos cuadras del predio en cuestión. La junta remarca en este sentido que "la instalación del Cesac traería solución a los vecinos del barrio, quienes hoy carecen de inmediatez para el acceso a un centro de salud".
Por su parte, los vecinos y vecinas recuerdan que la zona sureste de Nueva Pompeya está declarada por ley desde el año 2009 en "emergencia urbanística y ambiental" en el polígono delimitado por las avenidas Saénz y Amancio Alcorta, la calle Iguazú y el Riachuelo. Eso es, entre otros puntos, por la contaminación del área generada por su cercanía al riachuelo y a la zona fabril, lo que haría aún más necesario la presencia de un centro de salud en la zona.
"Hemos denunciado, reiteradas veces, la presencia de malos olores, humo y gases tóxicos, junto con dolores de garganta, problemas para respirar, tos, cefaleas, alergias e irritación en los ojos", advierten los fundamentos del proyecto y agregan que "ciertos estudios han determinado que la exposición cotidiana a agentes contaminantes causan un número considerable de muertes y de enfermedades respiratorias".
El pedido de construcción de un centro de salud no es el primer reclamo que se realiza por el predio en cuestión. Cuando el edificio aún estaba en pie, los vecinos y vecinas habían pedido que el inmueble se destinara a la construcción de una escuela, reclamo que incluso se tradujo en diversos proyectos de ley presentados por los bloques de Unión por la Patria (UxP) y el Frente de Izquierda, aunque sin éxito.
En abril de este año, sin ir más lejos, la diputada Maia Daer (UxP), autora de una de las iniciativas con ese objetivo, había presentado un pedido de informes para conocer la situación del lugar antes de su demolición, en el que además denunciaba haber constatado que parte del predio estaba siendo usufructuado por la cervecería Quilmes. Tanto ese expediente como el del pedido para que se construya una escuela de nivel medio tienen sus respectivos giros a comisiones pero no fueron tratados.