Llega noviembre, llega el calor, y llega, también, la pregunta por las fiestas de Navidad y Año Nuevo. En este contexto de crisis, con una caída en el consumo que no toca fondo, se abre también toda una serie de incógnitas que tienen que ver con cómo y de qué manera se va a llenar la mesa para festejar en familia.

Para Gastón Mora, titular del Centro de Panaderos de Avellaneda, la respuesta no es ni grata ni sencilla de escuchar: “La verdad es que venimos bastante preocupados. Porque hoy arrancamos noviembre y ni siquiera se está hablando de lo que va a ser el pan dulce. Parece ser una utopía”.

De manera directa, sentenció: “Los vecinos lo van a tener que ver con la nariz contra el vidrio, porque se está hablando de un pan dulce de 20 mil pesos. Es algo de primera necesidad en la mesa navideña. Van a tener que preparar las tarjetas de crédito si quieren comer algo como la gente”.

Este aumento tiene que ver con la suba sin precedentes de la materia prima: “Se está hablando de 17 mil pesos un kilo de cajú, se habla de 20 mil pesos el kilo de almendra, de 13 mil pesos el de nuez. A partir de ahí, fíjense el panorama en el que estamos”.

Es muy preocupante, porque sabemos que es un momento muy sensible. Hoy parece estar cada vez más lejos de la mesa. El año pasado teníamos un pan dulce de 2500 pesos, algo bien elaborado. Hoy se está hablando de 2500 pesos uno económico, sin nada. El que encuentra la fruta lava los platos”, finalizó con humor.