El exembajador argentino ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) Carlos Raimundi analizó por la 750 el despido de Diana Mondino de la Cancillería argentina y afirmó que la decisión del Gobierno nacional representa “un eslabón más en la cadena de dislates de la política exterior”.

Mondino fue despedida tras haber votado en la ONU en contra del bloqueo en Cuba, siendo Argentina uno de los 186 países que acompañaron el reclamo de la isla caribeña, con la excepción de Estados Unidos, Israel y Moldavia.

Raimundi explicó que de ninguna manera esta votación pudo haber tomado al personal diplomático por sorpresa, ya que es un proceso no vinculante que se lleva a cabo desde hace 30 años.

“Se sabe cuándo es. Tendría que estar mínimamente preparado. Hacer una votación así y a los cinco minutos no tener más canciller es otra señal de improvisación que hace no tomar en serio a la política exterior argentina en el mundo”, se lamentó el exdiputado nacional. Pero, además, dijo que “es una señal al imperio”.

“Quiero imaginar los motivos que tuvo la canciller para votar como votó. Ella ya venía perdiendo poder interno. No había estado en la reunión del G20. Le habían hecho modificar una cantidad de cosas que venían trabajando. Su poder interno dentro de la Cancillería era muy débil”, sostuvo Raimundi. Por eso, sostuvo, hay razones para creer que fue la propia Mondino la que pudo “haber forzado un alejamiento”.

En tanto, el exembajador argentino ante la OEA se mostró crítico de la amenaza por parte del Gobierno nacional de ir por los funcionarios diplomáticos de carrera por esta votación: “La segunda cuestión es que los diplomáticos tienen una historia. La diplomacia argentina es un cuerpo formado. Y juran y estudian y se preparan para defender los intereses argentinos”, remarcó.

“Un motivo para haber votado a favor de Cuba es que Cuba ha desempeñado un papel en el comité de descolonización, donde Argentina tiene la causa Malvinas. Haberse desdicho de este voto nos debilita en la causa Malvinas. Es un desastre”, agregó Raimundi.

“El personal diplomático jura defender los intereses de la nación argentina, no de un presidente o una ideología”, dijo, a la par que señaló que posiblemente a “una parte del cuerpo diplomático que votó a Milei le esté pasando lo mismo que al resto del pueblo”, es decir, atravesando una profunda decepción.

“Lo tomaron como tabla de salvación creyendo que porque estaban enojados podíamos cambiar de rumbo y ahora se están dando cuenta de las consecuencias. Yo no creo que se pueda llevar adelante mucho tiempo más una política tan disparatada”, afirmó.