Una fusión de teatro y virtualidad y una reflexión acerca del poder político. Todos esos elementos se conjugan en Más ceniza, la pieza teatral escrita por el reconocido dramaturgo español Juan Mayorga y dirigida por Adrián Cardoso. Interpretada por Cristian Sabaz, Graciela Clusó, Laura Accetta, Roberto Caute, Federico Vilaro y Alexandra Bangert, puede verse los sábados a las 18, en el Patio de Actores (Lerma 568). Y las entradas se adquieren en Alternativa Teatral:
Tres parejas aparecen en escena simultáneamente: el presidente y su esposa; un general y su mujer; un actor y su alter ego femenino. Cada pareja tiene su historia, pero algo las une. Alguien busca asesinar al presidente, y en ese contexto sus destinos se entrecruzan. Cada uno desde el rol que le toca jugar - víctima, verdugo y autor intelectual del crimen-, se prepara para asistir a un evento donde ocurrirá el magnicidio.
“Me sentí atraído por la complejidad de la trama y la forma innovadora en la cual Mayorga aborda la política”, comparte Cardoso, quien viene de dirigir La boda de la hija del presidente, del mismo autor. “Más ceniza es un proyecto emocionante que me permite llevar a cabo mi visión artística y desafiar a los actores y al público, pero también es una oportunidad para explorar temas profundos y complejos”.
Especialmente pensado para este trabajo, Cardoso creó, junto con la escenógrafa Sabrina López Hovhannessian, un dispositivo que permite que el público pueda interactuar con la escenografía. Se trata de lo que decidieron llamar “Quinta pared”, y que funciona a través de una serie de códigos QR que forman parte de la puesta y que los espectadores pueden escanear para acceder a tres espacios virtuales que forman parte de la historia pero que no están representados en el escenario. “La fusión de teatro y tecnología eleva la experiencia del espectador y lo hace partícipe de la obra”, agrega al respecto el director.
- Mayorga escribió esta obra en los noventa. ¿Cómo creés que dialoga esta puesta con la actualidad?
- Este material es un ejemplo perfecto de cómo la literatura puede ser atemporal y dialogar con la actualidad. Me llamó la atención que Mayorga me dijera que creía que la obra tendría una recepción especial en la Argentina, y luego descubrí que la obra había evolucionado, a lo largo del tiempo, con cuatro versiones diferentes que mantienen la idea central, pero con cambios significativos. Y me pareció fascinante trabajar con la última versión, tomando referencias de las anteriores y completando con mi visión. La estructura no lineal de la obra, que fragmenta la narrativa en tres historias que se entrelazan, me permitió explorar la idea de que la verdad es subjetiva y que la historia puede ser reconstruida de diferentes maneras.
- Has dirigido recientemente otra pieza de Mayorga. ¿Qué te atrae del universo de este autor?
- Me llama la atención la complejidad de sus textos, que requieren un trabajo detallado por parte del director y los actores. Sus obras son un desafío para todos los rubros, ya que cada frase y cada acción debe ser interpretada con precisión y cuidado. Me encanta cómo Mayorga desafía a los actores a dar lo mejor de sí mismos. Además, me parece fascinante cómo sus obras pueden ser dramáticas, o de suspenso, y a la vez humorísticas y profundas. Mi experiencia trabajando con sus textos ha sido muy gratificante, y estoy ansioso por seguir explorando ese universo.
- ¿Cómo surgió la idea de la "Quinta pared"? ¿Cómo funciona y cuál es la recepción del público frente a esta propuesta interactiva?
- Surgió de la necesidad de encontrar una solución creativa para superar los límites de presupuesto en la escenografía. Reflexionando sobre el papel de los celulares en nuestra vida cotidiana, decidimos fusionar teatro y virtualidad. Este recurso se activa escaneando códigos QR que están en el escenario, y de esa manera los espectadores pueden acceder a espacios virtuales que forman parte de la narrativa y descubrir lugares no representados físicamente. La recepción del público ha sido muy positiva, y aunque inicialmente pueden sentirse inseguros, pronto descubren que es tan fácil como usar una billetera virtual o escanear un menú en un restaurante.
- ¿Qué desafíos implicó incorporar este elemento a la representación teatral?
- Implicó varios desafíos. Una vez que tuvimos la obra y el sistema de la “Quinta pared" armados, el principal reto fue unirlos de una manera coherente. Queríamos atraer nuevos públicos y ofrecer una experiencia única, pero también pretendíamos respetar los silencios en el teatro y no queríamos que los celulares encendidos molestaran. El desafío fue superado gracias a la planificación y la creatividad de nuestro equipo. Resolvimos pedirles a los espectadores que apaguen sus celulares al comenzar la obra, y que interactúen con los códigos QR al finalizar la función. Esto nos permite mantener el respeto por el teatro tradicional mientras innovamos y ofrecemos una experiencia interactiva.
- ¿Cómo evaluás el panorama actual del teatro independiente en un contexto en el cual las políticas culturales están cuestionadas?
- Es un momento complicado. La disminución del presupuesto para la cultura es un golpe duro para el teatro independiente. Cada avance que logramos se ve amenazado por los recortes y la falta de apoyo. Pero no podemos rendirnos. Debemos seguir resistiendo y adaptarnos a los cambios. Y la tecnología puede ser una aliada en este sentido. Incorporar elementos innovadores como la "Quinta pared" en nuestras producciones puede ayudarnos a llegar a nuevos públicos y a mantener viva la llama. Es importante recordar que el teatro es un espacio para la reflexión y el diálogo, y que su valor va más allá del entretenimiento. Por eso, es fundamental que la gente siga apoyando, asistiendo a espectáculos y promoviendo la cultura en todos sus ámbitos.