Elena Roger y Escalandrum celebran 10 años de su primera colaboración musical. Y en este marco, ofrecerán dos conciertos en el Teatro Coliseo de Buenos Aires el 6 y 7 de diciembre, con localidades ya agotadas para la primera función. El evento los reúne para volver a interpretar 3001 Proyecto Piazzolla, el primer disco que editaron juntos en 2016 y que ofrece un recorrido por la obra de Astor Piazzolla con un sonido actual y original y con canciones emblemáticas como “Balada para un loco”, "Los pájaros perdidos", “Balada para mi muerte”, "Chiquilín de Bachín", "La bicicleta blanca" y "Vuelvo al sur".
Desde su lanzamiento, realizaron diversas giras nacionales e internacionales por Barcelona, Canadá, París, Oslo, Israel, Brasil, Chile y Uruguay, entre otros, y obtuvieron una nominación al Gardel de Oro en 2017. “No puedo decir que mi encuentro con Escalandrum haya sido casual porque las casualidades no existen. Pero sí fue fortuito. No lo buscamos, pero se dio”, admite Roger.
La historia de su vínculo con la banda compuesta por Daniel “Pipi” Piazzolla, Damián Fogiel, Nicolás Guerschberg, Gustavo Musso, Martín Pantyrer y Mariano Sívori tiene su origen en 2012, en la ciudad de Nueva York. La cantante se encontraba protagonizando el musical Evita en Broadway, y asistió al concierto de Escalandrum en el mítico club jazzero Birdland. Allí, se dieron las primeras conversaciones, pero recién en 2014 se concretó la posibilidad de compartir proyectos.
La discografía en conjunto siguió en 2020, cuando presentaron un tributo musical a María Elena Walsh, en el 90 aniversario de su natalicio, que incluyó dos discos: Como la Cigarra, con una selección de temas para adultos, y El Reino del Revés, especialmente dedicado a las infancias, que resultó ganador del Premio Gardel al Mejor Álbum Infantil.
-¿Cómo se gestó este encuentro artístico?
-Fue dos años después de que los viera tocar en vivo por primera vez, en 2012. Yo estaba en Ushuaia, y me habían llamado para ir a hacer la apertura del Museo MAR en Mar del Plata y cantar justamente las canciones de Mina. Mi equipo de músicos estaba trabajando en la obra Priscilla, en Buenos Aires, y no podían viajar, y por eso no tenía músicos que conocieran el repertorio completo. Entonces me dijeron: “Está Escalandrum. ¿Tenés ganas de tocar algo con ellos?”. Y eso me ilusionó mucho porque ya los conocía y porque hacía mucho tiempo que tenía ganas de cantar Piazzolla pero no me caía la ficha de cómo hacerlo. No tenía ganas de cantarlo con una orquesta tradicional y quería que el sonido fuera otro. Y así fue que empezamos a ensayar a la distancia, porque ellos estaban en Buenos Aires. Y fue genial. Mi amigo y músico Javier López del Carril iba a los ensayos de Escalandrum y grababa lo que ellos hacían, me lo pasaba a mí y yo ensayaba con esa pista. Y el día de la presentación nos encontramos en Mar del Plata para la prueba de sonido y todo funcionó bien. Hicimos un par de temas de Mina y de Piazzolla. Ahí se armó y ahora celebramos los 10 años. Estamos contentos de volvernos a unir.