La bolsa porteña volvió a subir cerca del 1,5 por ciento en el primer día hábil de noviembre, y mantuvo la tendencia de las últimas semanas de octubre. Los bonos soberanos también terminaron la jornada con incrementos de hasta casi 2 por ciento y el riesgo país se ubicó en 952 unidades. El mep rebotó casi 1 por ciento para terminar en torno de 1241 pesos. El Banco Central implementó una baja de tasa de interés del 40 al 35 por ciento. Además, el Palacio de Hacienda presentó un informe ante la SEC, que es la comisión nacional de valores de Estados Unidos, evitando dar precisiones sobre la salida de los controles cambiarios.

La autoridad monetaria detalló que “el Directorio del Banco Central dispuso reducir la tasa de política monetaria de 40 a 35 por ciento de tasa nominal anual. Se dispuso también reducir la tasa de interés de pases activos de 45 a 40 por ciento nominal anual”.

Se agregó que “la decisión del BCRA se fundamenta en consideración del contexto de liquidez, de la baja observada en las expectativas de inflación manifestadas tanto en el REM como en los niveles implícitos en el mercado secundario de títulos, y en el afianzamiento del ancla fiscal”.

Uno de los objetivos del gobierno con la baja de la tasa de interés sería estimular el crédito en el mercado interno. Se trata de una de las apuestas del equipo económico para intentar recomponer los niveles de actividad económica, luego del fuerte impacto sobre los ingresos de la población y el desplome de la producción. 

En tanto, el Ministerio de Economía presentó ante la Securities and Exchange Commission (SEC), reguladora del mercado financiero en Estados Unidos, su informe anual sobre el estado de la economía argentina.

En el documento, el gobierno reconoce una apreciación cambiaria acumulada durante el año, aunque sostiene que el tipo de cambio sigue siendo competitivo. Además, ratifica su intención de implementar privatizaciones como eje del plan económico y destaca los juicios en tribunales estadounidenses como un “factor adverso” para el país.

El informe, conocido en la jerga financiera como “18-K” y firmado por el secretario de Finanzas, Pablo Quirno, repasa los principales eventos económicos y políticos de los últimos años. Esta revisión es parte de la comunicación habitual que Argentina presenta a los inversores en Wall Street.

El Gobierno mantuvo un perfil bajo respecto de temas clave que inquietan al mercado, como la evolución del esquema cambiario en un contexto más favorable que hace cuatro meses, con una brecha cambiaria en mínimos y una revalorización de los activos argentinos. Asimismo, no brindó detalles sobre la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) ni sobre el eventual regreso a los mercados de capitales, objetivo previsto para mediados de 2025, cuando deberá afrontar el segundo pago de cupones de la deuda.

Aun así, Economía detalló ante Wall Street su plan económico, defendiendo el esquema de crawling peg, que implica una devaluación mensual del 2% tras la depreciación de diciembre. Según el Ministerio, “el Banco Central ha complementado su objetivo de acumular reservas internacionales con una estrategia de corto plazo orientada a moderar la volatilidad del tipo de cambio nominal, con el fin de apoyar la estrategia antiinflacionaria y asignar eficientemente las divisas”.

El documento también subraya que el Banco Central ha mantenido una depreciación controlada del peso, contribuyendo al proceso de desinflación. “La menor velocidad de ajuste en el tipo de cambio llevó a una apreciación del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM), que pese a ello se mantiene en niveles competitivos acordes al promedio de los últimos 24 años”, destaca.

El ajuste fiscal hacia el déficit cero en el primer año fue otro pilar del plan económico, y la política tarifaria ha debido equilibrarse entre esa meta y la reducción de la inflación. En 2024, el gobierno aplicó ajustes en las tarifas del sector energético, con algunas postergaciones hasta mediados de año para acompañar el proceso de desinflación. 

“Las actualizaciones de precios de electricidad y gas se reanudaron en agosto para evitar distorsiones y garantizar la sostenibilidad económica del sector”, informó Economía, mientras que un nuevo esquema de subsidios apunta a balancear la consolidación fiscal con la protección social, priorizando a los sectores vulnerables y ajustando gradualmente las tarifas para reflejar los costos reales.

El gobierno de Milei reafirmó su intención de avanzar en la venta total o parcial de empresas públicas, como parte de su objetivo de reducir el gasto público, modernizar el Estado y promover una gestión más eficiente. Incluso realizó un análisis histórico de las privatizaciones de los años 90, recordando que, en la convertibilidad, la llegada de capital privado estuvo motivada por la privatización de entidades estatales.

En su punto más alto, en 1999, Argentina culminó el proceso con la venta de YPF. Sin embargo, las políticas posteriores, incluyendo la expropiación del 51% de las acciones de YPF en 2002, significaron una caída importante en la inversión extranjera directa, según consideró el equipo económico en el informe.