Las emisiones de gases de efecto invernadero bajaron 8,3% en la Unión Europea en 2023 en comparación con el año anterior, como consecuencia del desarrollo de energías renovables.
De acuerdo con lo anunciado por la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), con sede en Copenhague, se trata de la mayor reducción "en décadas", y que representa una baja de 37% con relación a su nivel en 1990.
"Esta considerable disminución se debe a una reducción significativa del uso del carbón y al crecimiento de las fuentes de energía renovables, así como a una reducción en el consumo de energía en toda Europa", explicó la AEMA.
En el consumo de energía, la participación de las energías renovables pasó del 10,2% en 2005 al 24% en 2023, añadieron.
Energías renovables, un factor clave
La Comisión Europea celebró en un comunicado que la reducción era evidencia de la continuada "desvinculación de las emisiones y el crecimiento económico" en el bloque. "La UE sigue en camino para cumplir su compromiso de reducir las emisiones al menos un 55% para 2030", explicó el brazo ejecutivo de la UE.
En contra de la tendencia a la baja, las emisiones del sector de la aviación crecieron un 9,5%, y de esa manera el segmento mantuvo su tendencia posterior a la pandemia de coronavirus.
En paralelo, las emisiones de la producción y la calefacción eléctrica cayeron un 24% en comparación con 2022, impulsadas por el crecimiento de las energías renovables, en particular la eólica y la solar.
Las fuentes de energía renovable fueron la fuente principal de generación de electricidad en la UE en 2023, con un 44,7% (frente al 41,2% en 2022), por delante de los combustibles fósiles, con un 32,5%, y la energía nuclear con un 22,8%.
La UE se fijó el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono para 2050.