Roberto Fontanarrosa comenzó a colaborar con Rosario/12 –el suplemento del diario Página/12- por invitación de su director, Pablo Feldman. Todas las semanas –todas las tardes de los miércoles rosarinos, con una rigurosidad sorprendente– llegaba a la redacción un fax desde su estudio de trabajo en barrio Alberdi que reproducía a una velocidad sorprendente, para los que habíamos ingresado a la modernidad informativa mucho antes del teléfono celular y las redes sociales, un texto tipiado con dos dedos, tal vez, en su máquina de escribir eléctrica.

“No muchos saben que esta columna, debido a los intrincados adelantos de la tecnología, debe entregarse a mediados del día miércoles. Su posterior envío a composición en una empresa venezolana de Maracaibo, y su obligado paso por impresión en Editoras Aceves Mejía, de Puebla (México), explican la causa de tal premura con el fin de que usted, estimado lector, pueda leer Desde El Cairo, los viernes, sentado cómodamente en su casa y rodeado del afecto de los suyos”.

Feldman consiguió también que el hombre de negro regalara a sus lectores rosarinos un dibujo a una tinta de un camello que pisa una pelota de cuero de fútbol, la síntesis perfecta de humor-periodismo, que ilustraba cada columna de los viernes.

“Pocos espacios de opinión en diarios y/o revistas han destapado tantos escándalos, denunciando tanta corrupción, señalando tantos chanchullos a nivel local o internacional como esta columna que usted está leyendo, amigo lector. Es más, se nos hace un deber advertirle que en su condición de seguidor de nuestras verdades, se convierte usted en un cuasi cómplice y más le valdría cuidarse de posibles represalias. De tal forma, deben tomarse elementales normas de seguridad, que protegen la cadena informativa. Si usted ha visto Todos los hombres del presidente, recordará el fundamental papel que juega en el film el personaje de Deep Trota (Garganta Profunda I), misterioso sujeto cuya personalidad nunca se revela y que alimenta de información a los periodistas del New York Times desde la oscuridad de una playa de estacionamiento. Atento a la entrada en el Primer Mundo, Desde El Cairo no se avergüenza de emplear los mismos métodos. Por ejemplo: las reveladoras líneas que usted está leyendo no han llegado a la redacción en manos de un asistente, cadete o aprendiz (lo que significaría jugar con la integridad física de dichos ayudantes) sino que es abonada en un lugar recóndito de una playa de estacionamiento que se halla en la misma manzana que el lugar de destino. Ya allí sí, un valiente, un adalid del periodismo de denuncia, un héroe anónimo conocido como Garganta Profunda II retiene los detonantes informes hasta que alguien los recoge. No podemos agregar más nada por hoy. A usted tampoco le conviene saber demasiado”.

Un periodista le preguntó sobre la experiencia periodística de escribir la columna semanal en un diario. “Me queda el saldo positivo de unos cuantos años publicando la columna que me permitió un juego divertido de ficción, un rincón apropiado para la mentira y una linda ejercitación en el delirio. Al punto tal que dos o tres cuentos de alguno de mis libros están inspirados en ideas brotadas de las columnas de Rosario/12”, contestó.

A 80 años del nacimiento de Roberto Fontanarrosa, lo imagino ahora releyendo sus columnas seleccionadas, la que salía los viernes, “bastión de lo rutinario”, sentado cómodamente en la platea preferencial en un cielo azul y amarillo, a rayas verticales.

Prólogo del libro de Roberto Fontanarrosa "Desde El Cairo" (Homo Sapiens Ediciones, 2024). Se presenta el martes 26 de noviembre, a las 19, en el bar El Cairo con invitados especiales. Vargas fue el compilador de los textos. Fue autor de la biografía "El negro Fontanarrosa" y es jefe de Redacción de Rosario/12 y director de la revista cultural Barullo.