“Así como un día estás en la alfombra roja, ganás un premio y estás en todos los festivales del mundo, al otro día estás tratando de programar una obra en un barrio y no te dejan porque no tenés los permisos. Siempre remando” dice Dana Crosa, actriz devenida pulpo. Actúa, escribe, dirige, produce, distribuye. Oriunda de Lomas de Zamora, empezó a actuar de la mano del Banfield Teatro Ensamble (BTE). “Gracias al BTE yo vi un montón de teatro cuando era chica. Invitaban a muchos artistas internacionales y de todas partes del país. Se podían ver poéticas muy distintas. A mí me voló la cabeza. Yo creo que Lomas me regaló esa posibilidad. En capital está todo más atomizado y disperso, hay una simultaneidad mucho más grande y tener todos los mundos en un solo espacio fue muy bueno para formarme” recuerda Crosa.
Después de su paso por el BTE, estudió actuación en la Escuela Metropolitana de Arte Dramático. “Creo que ambos espacios me enseñaron a entender la fuerza de lo colectivo. Dedicarte a algo que te obliga y te potencia encontrándote con el otro. Salí queriendo contribuir no sólo al teatro como disciplina sino como una ética, una forma de hacer las cosas” reflexiona Crosa.
A Cannes con autogestión
Ella dio un salto de fe al mundo audiovisual con la serie de su autoría y co dirección “Esto no es un hotel” y cumplió el sueño de muchos. Llegó a la alfombra roja más deseada: Cannes. Se trata de una saga lúcida de capítulos cortos que versa sobre un vínculo madre e hija y el mundo sexoafectivo de esta época, entre el poliamor y el desapego, la monogamia y el control, el amor como obsesión, veneno y antídoto. Una madre que se abre como una mamushka.
En la serie, la madre es quien se encuentra en una situación de vulnerabilidad. Recién separada de su pareja, busca refugio en lo de su hija. Ambas vuelven a convivir, y los roles se invierten. Protagonizada por Crosa en el rol de la hija y Mara Bestelli como la madre. La serie fue producida por UN3TV, el canal de la UNTREF, y fue nominada a Mejor Serie Corta en Cannes durante el 2021, entre otros galardones.
“El vínculo madre hija es un tema global y yo creo que eso le dio mucha universalidad a la serie. Pudo lograr hacer reír a gente de todos los países, siendo un humor muy argentino incluso. El tema trascendió las barreras culturales. Disfruté mucho de hacerla porque no surgió desde una búsqueda comercial, no queríamos encajar con ningún discurso de moda, fue algo genuino y el impacto nos sorprendió a todos” relata Crosa.
El proyecto le “abrió la cabeza” confiesa, respecto a la producción y la posibilidad de que un material sea consumido por un público internacional. “Creo que la repercusión que tuvieron las series, impulsó a muchas personas cercanas a animarse a escribir guiones de una forma autogestiva. Salir de la idea de que hacer una serie tiene que costar una millonada. Creo que en eso la UNTREF tiene una función clave en la producción de materiales. También me parece que la pandemia ayudó a que una se animara a tomar o pensar nuevos rumbos. Bueno, en ese momento lo que se consumía era lo audiovisual” reflexiona Crosa. La serie está disponible en la página de UN3TV.
Engañar al mercado
Este año “Mejor quemarse”, serie argentino-española de Laura Grandinetti y Sebastián Tornamira, actuada por Crosa, ganó el Premio a la Mejor Serie de Formato Corto en Cannes. Fue la única producción argentina nominada en el certamen internacional. El guión consta de cinco episodios, en donde un grupo de amigos tras la muerte de otro recibe una urna que contiene sus cenizas y una inusual lista de tareas pendientes. Al realizarlas evitan afrontar el dolor que provoca su desaparición: ríen, discuten, escapan, bailan, se besan y, finalmente, se despiden de él. Está interpretada por Crosa, Donna Tefa, Sebastián Tornamira y Julieta Zapiola. Se estrena este 13 de noviembre por la plataforma de UN3TV.
Para "Mejor Quemarse", Crosa ya había comprendido un poco cómo se mueven las series, qué impacto tienen y cómo se distribuyen. La habían llamado inicialmente para actuar, pero terminó sumándose como coproductora y distribuidora.
Ya asidua visitante de la ciudad francesa, en su último viaje participó de “El Club de Escritores de Cannes”, un espacio compuesto por treinta guionistas de todo el mundo junto con cuarenta productores. Durante tres días, todos tenían la oportunidad de “pitchear”, vender sus proyectos futuros o conseguir colaboraciones inter países. “Es un momento de mucha fertilidad. El mercado y sus temas de moda están, claro. Sus urgencias. Hay mucha gente que me decía "si no tenés un true crime, ni te gastes". Pero más allá de que el mercado marque la cancha, es aprender cómo hacer para que los proyectos que una tiene puedan coincidir un poco, ajustarse o guardarse para más adelante. Proyectos donde una no va a negociar con la mirada comercial. Tener visibilidad internacional tampoco se traduce necesariamente en trabajo, financiamiento o dinero. Por más que tengas la chapa de que fuiste a no sé dónde, siempre hay que seguir ingeniándoselas para hacer” reflexiona.
Este año, por ejemplo, asistió a un foro internacional de teatro en Berlín, becada junto a 30 artistas de todo el mundo. Más allá de poder decir que recibió una beca, lo que realmente le resultó valioso y más importante que cualquier reconocimiento que se pueda mencionar, fue haber conocido a gente de tan variados países con la que se abren muchos cruces.
Si bien Crosa ama su profesión y el éxito parece estar de su lado, reconoce que el oficio está lleno de altibajos. “Esos pequeños logros, como quedar en un festival, llenar la función, sostener una temporada, gratifican. Te dan nafta para lo que sigue. Pero también hay meses dónde sentís que no existís, que no vale la pena nada de lo que haces, que a nadie le va a interesar. Para mi el éxito fue tener una idea, escribir un guión, convocar a mis amigos, que todos me digan que sí, que todos podamos rodar en esas dos semanas que rodamos, y que la serie se concrete. Después terminó en Cannes y fue increíble, obviamente, pero el éxito fue todo el proceso, no fue esa foto final en la alfombra, aunque obviamente la legitimación te motiva. Hay que confiar en lo que una hace” concluye.