El contexto actual modifica todos los escenarios. En esta coyuntura de ataques permanentes a la cultura y ajustes a la educación, la XI Bienal Argentina de Fotografía Documental en Tucumán se erige como una verdadera trinchera de resistencia cultural. El evento fue creado en 2002 por la Fundación Infoto, hoy a cargo de Julio Pantoja y Agustín Indri, y tradicionalmente se desarrolló en varios espacios. Ahora tiene una única sede: el Ente Cultural de Tucumán (San Martín 251). En momentos como este la bienal se convierte en un espacio privilegiado para generar debates, reflexiones e intervenciones públicas desde el campo artístico. Las exposiciones podrán visitarse hasta el 5 de noviembre de lunes a domingo de 9 a 13 y de 16 a 21.
La prensa local ha señalado la "llamativa ausencia" de la Universidad de Tucumán que en otras ediciones había estado presente con el Centro Cultural Virla, el MUNT y también en espacios del municipio de San Miguel de Tucumán. En tan sólo 400 mt2 se montaron unas 292 obras pertenecientes a 49 artistas (todo un logro desde la curaduría). Uno de ellos es Pablo Piovano, quien declaró: "Toda fotografía es verdad, pero es un recorte de ella, una mirada. La cámara es mi herramienta política".
Mapuche: el retorno de las voces antiguas le llevó a Piovano unos cinco años: se trata de un largo proceso que consiste en acercarse a una comunidad, forjar vínculos genuinos con sus miembros y tratar de comprender su funcionamiento desde la horizontalidad. Su trabajo de investigación se propone visibilizar la situación de un pueblo y en febrero también se estrenará un documental que retrata ese camino. El artista asegura que "no hay foto que sea objetiva" porque "la objetividad no existe, uno es con su formación o educación o parámetros con los que vivió, con una ética. Eso siempre nos guía y no llegamos vírgenes a un hecho".
Por otra parte, se organizó una retrospectiva dedicada a la obra de Juan Travnik, con una muestra de fotos inéditas de varios tramos de su carrera en un recorrido histórico por la fotografía argentina. También se podrá ver 40x50. A 30 años de la Galería Fotograma, muestra que homenajea aquel espacio creado por Julio Pantoja a principios de los 90 y está curada por su hija, la historiadora Claudia Pantoja. Allí se exhibe, por ejemplo, una verdadera joyita: el icónico retrato de Eva Perón en sus épocas de actriz realizado por la fotógrafa alemana Annemarie Heinrich.
El menú se completa con S/L (Sin Lugar), de Diego Toloza, y La tierra es un satélite de la luna, de Luciana Demichelis, además de las muestras colectivas Olhares (curada por Gretel Martínez y Érika Tambke) y Resistencias reveladas (curada por Diego Aráoz, Verónica Santalla y Maxi Caram). La primera es un proyecto de fotografía social con niños de una favela de Río de Janeiro; la segunda apuesta a exhibir la diversidad de la fotografía argentina comprometida, con el aporte de autores de otros países latinoamericanos. En octubre hubo feria de libros, música en vivo y teatro en el patio interior del Ente Cultural, además del tradicional laboratorio de reflexión/acción coordinado por Cora Gamarnik, Jazmín Tesone, Julieta Escardó, Emiliana Miguelez y Gisela Volá. Todo con el espíritu festivo de la resistencia cultural.