Desde Barcelona

UNO Randy Newman es sonante y contante. Es decir: es un song writer. Alguien que writes songs. Alguien que entiende las canciones como algo que se escribe para que después se cante con su voz y voto (y, después, que otros las cubran y las domestiquen y las vuelvan hits). Así, Three Dog Night invitándose a "Mama Told Me Not To Come" (y despojándola de esa angustia del no encajar en toda fiestita). O Joe Cocker bramando "You Can Leave Your Hat On" como música de fondo para strip-tease casero/yuppie (desnudándola de toda perversión; y una vez le preguntaron de qué trataba; "Fucking", fue la respuesta de Newman). Así es la letra y música de Randy Newman: postales sónicas con el oficio de cantarle al estado de las cosas dentro de corazones solitarios (ahí están sus desgarradas y desgarradoras canciones de amor que no tienen nada de silly). Y, también, apuntando y disparando y dando en el blanco y negro del imperial e imperioso afuera (principalmente el Sur más profundo o la más superficial L.A. en la que también escribió y melodió el gran Warren Zevon) que se viene abajo entre traficantes de esclavos, inundaciones sureñas y chicos gordos y personas bajitas. Un satírico serio (Trump y Musk y siguen las demasiadas firmas podrían ser personales personajes de más de una estrofa suya) que se pone tanto en el lugar de amistosos y oscarizados juguetes/monstruos marca Pixar como en el de los Inc. jugados (nosotros) con los que juega un Dios todavía maravillado porque lo necesitemos tanto y aún sigamos creyendo en él a pesar de todos los pesares de sus aleluyas. Y ahora (Rodríguez se la compra sin pensarlo dos veces, Rodríguez ya difícilmente piensa dos veces las cosas o más de una vez La Cosa en la que prefería dejar de pensar, pero como no puede canta una canción de Randy Newman que bien podría ser "Let Me Go" y que trata acerca del dejarse ir sin pensar en esos demás que piensan en uno) acaba de salir una biografía de Randy Newman. Y Dwight Garner en The New York Times la reseñó bajo el título de "Randy Newman es un grande. Y se merecía una mejor biografía que esta". Y, sí, piensa Rodríguez: el título de esa reseña bien podría ser el título de una/otra canción de Randy Newman que --como todas-- son canciones sobre el modo en que Randy Newman ve primero la vida para después pasarla suciamente en limpio para que la veamos y escuchemos pero no cantemos con esa voz de Randy Newman. No una gran voz cantante, pero sí la mejor voz contante y sonante.

DOS Y el título de la biografía de Randy Newman firmada por Robert Hilburn (quien ya firmó buenas biografías de Johnny Cash y Paul Simon) es A Few Words in Defense of Our Country. El título de esa canción que destacaba en el destacable Harps and Angels (2008). Otro de esos periódicos himnos nacionales alternativos suyos cuya letra fue considerada incuestionablemente digna de publicación como editorial por el mismo periódico que ahora cuestiona no obra y vida pero sí el cómo las abordó Hillburn. Canción sucesora directa de aquella "Political Science" (donde se despedía así: "De cualquier modo siempre van a odiarnos / Así que tiremos la atómica ya") y de la lóbrega "My Country", "A Few Words..." cerraba el círculo defendiendo lo indefendible. Letra que arrancaba como pirueta de stand up comedian juglaresco y concluía con versos bestiales y dolidos y culposos: "Unas pocas palabras en defensa de nuestro país / Cuyo momento en la cima / Puede estar llegando a su final / No queremos vuestro amor / Y a esta altura el respeto está fuera de toda posibilidad / Pero en horas como ésta / La verdad que nos vendría bien algún amigo (...) Un presidente dijo una vez, / 'Lo único a lo que debes tenerle miedo es al miedo mismo' / Y ahora se supone que debemos estar asustados / Es algo patriótico y hasta está codificado por colores / ¿Y a qué es a lo que se supone tenemos que temer? / A temer / Eso es lo que significa el terror, ¿no? / Eso es lo que solía significar (...) El fin de un Imperio siempre es algo confuso / Y este Imperio está llegando a su final / Como todos los otros / Vamos a la deriva por la tierra de los bravos y el hogar de los libres / Adiós / Adiós / Adiós".

TRES Pero ahora --bien o mal-- lo de Robert Hillburn vuelve a poner en evidencia la grandeza de aquel que siempre estuvo ahí y ahí sigue estando desde que, en 1968, tuvo la audacia de titular a su primer álbum Randy Newman Crea Algo Nuevo Bajo el Sol. Un hombre descendiendo directamente de George Gershwin y Cole Porter y Kurt Weill y Aaron Copland y Groucho Marx y, de algún modo, la versión solista e irreverente de The Band. Elegido como músico del año por la Rolling Stone en 1971 (Garner apunta que ese fue el año en que salieron What's Going On de Marvin Gaye, Blue de Joni Mitchell y Sticky Fingers de los Stones); adorado por colegas (Dylan se saca el sombrero cada vez que se pronuncia el nombre de Randy Newman; Nilsson le dedicó todo un disco a sus canciones; Leonard Cohen alguna vez dijo que la "Suzanne" de Newman es mejor que la suya; Ray Charles y Fats Domino y Nina Simone lo versionaron con reverencia; y Frank Sinatra --para quien Newman compuso "Lonely At the Top"-- prefirió no arriesgarse, porque esa canción cantaba y contaba demasiado de sus más oscuros pensamientos. Así que la cantó Newman para que, cada vez que la canta, su público se ría no de él sino con él y, juntos, del fantasma de Ol' Blue Eyes. Newman quien se considera a sí mismo aburrido saldado y tonta de remate a Yoko Ono y que, cuando una vez le preguntaron si creía en algo, respondió: "Creo en no lastimar a nadie y en no... uh... hablar demasiado por teléfono. Odio eso. Conversaciones telefónicas largas".

CUATRO Y tal vez lo de Robert Hillburn sobre Randy Newman tenga algo de larga conversación telefónica sobre Randy Newman. Pero Rodríguez ha tenido conversaciones telefónicas mucho peores (sobre todo esas con máquinas que indican teclas a apretar para seguir conversando). Y Hillburn quizás no explique un genio (¿puede explicarse el genio en cualquier caso?) pero sí exhiba al genial quien alguna vez sí supo explicarse en una entrevista en Newsweek: "Lo que le gusta son honestas canciones de amor sin complicaciones. Eso ha sido el 95 por ciento de las canciones desde 1800. Si lo que yo quise fue vender muchos discos y ser famoso, bueno, he cometido el error de ser menos directo que Neil Diamond, a quien Norteamérica ama. Este país nunca va a amar a un compositor tan poco confiable como yo... De ahí que mi carrera comercial haya sido algo poco... Ahí afuera hay unas 40.000 personas que me adoran pero a las que tal vez les perturbe oír que jamás pensé o pienso en ellas. Yo siempre quise ir mucho más allá de ellas. Pero no lo hice muy bien". Así, un documental sobre él y lo suyo --acaso el hombre ideal para canturrear con esa voz rota acerca de las roturas del país que lo oyó nacer y tiene la suerte de oírlo sonar y contar y cantar-- se tituló Yo soy, desafortunadamente, Randy Newman. En cualquier caso --tal vez a modo no de reparación pero si de hacer justicia-- The New York Times, junto a la mala reseña de la vida de Newman por Hillburn, publicó rendido y victorioso perfil del artista con el título de "Randy Newman es mejor que nunca cuando los Estados Unidos están peor que nunca".

Dios los bendiga a ellos y Dios nos salve a nosotros.

 

Adiós, adiós, hola; y allá van de nuevo a elegir su propia aventura de todos.