Este lunes, la justicia liberó a cuatro detenidos por el derrumbe del hotel Dubrovnik en Villa Gesell. El terrible hecho que dejó un saldo de tres personas fallecidas y cinco más desaparecidas entre los escombros, sigue siendo investigado por la Justicia que intenta determinar quienes fueron los responsables del colapso.
En este contexto, liberaron a cuatro trabajadores detenidos: Celso Paco Pérez, Sergio Paco Laura, Miguel Choque Juchani y Diego González. Según informes locales, estos capataces y albañiles "aportaron información útil a la causa". Sin embargo, la decisión no implica la absolución de responsabilidades, ya que deberán presentarse semanalmente en la comisaría y tienen prohibido salir del país.
Por otro lado, el arquitecto Jorge Bonavitta, acusado de "estrago culposo agravado", se negó a declarar ante la fiscal Verónica Zamboni. Mientras tanto, Rubén Taquichiri, el contratista de 30 años aprehendido en Ostende, permanece detenido, también imputado por el mismo delito.
La búsqueda de los desaparecidos
La búsqueda de los desaparecidos es una tarea monumental. Hasta el momento, los rescatistas no pudieron localizar a Dana Desimone, Mariano Troiano, Ezequiel Matu, Matías Chapsman y Fabián Gutiérrez, quienes se encontraban en el edificio al momento del derrumbe.
En este contexto, el presidente de la Federación de Bomberos de Buenos Aires, Osvaldo Lori, aseguró que el operativo de búsqueda se extenderá hasta el próximo 6 de noviembre, aunque puede prolongarse si las condiciones lo permiten.
La situación climática complicó los esfuerzos de rescate. Este lunes, el operativo fue suspendido temporalmente debido a un alerta meteorológico que prevé fuertes tormentas, lluvias intensas y ráfagas de viento. El Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas naranja para la costa, lo que podría afectar aún más la ya delicada situación en el lugar. "No hay novedades de hallazgos, pero ya llueve", afirmó Lori, subrayando la urgencia de las circunstancias.
En el lugar del desastre, aproximadamente 300 rescatistas, junto a perros entrenados, trabajan incansablemente. Se están utilizando dos grúas de gran tamaño, una de 450 toneladas y otra de 270, para remover escombros en busca de signos de vida.