Maximiliano Pullaro podrá oler hoy a la hora del almuerzo qué tanto le ha servido hasta acá su sumisión al Gobierno central. El Presidente Javier Milei lo sentará en su mesa, junto a otros cuatro gobernadores radicales, en su sondeo de consensos de cara a la ley de Presupuesto 2025. Ya lo hizo con otros del peronismo y con los del PRO. Una ronda de esas invitaciones que no admiten excusas, como cuando le juntó las cabezas a casi todos y les hizo firmar la adhesión federal al Pacto de Mayo, firmado en julio y en Tucumán.
Por el perfil y la situación de cada uno en el tablero político, es de esperar que el mendocino Alfredo Cornejo, el correntino Gustavo Valdés, el jujeño Carlos Sadir, y el chaqueño Leandro Zdero omitan referir la ofensa que el mandatario profirió la semana pasada contra el expresidente Raúl Alfonsín. El jefe de la Casa Gris sabrá qué hacer, pero predomina su pragmatismo y el entendimiento en estos diez meses de la lógica política del libertario. Y hasta ahora la va llevando. Por estas cosas es que integra lo que el oficialismo le llama "la oposición blanda".
En la mesa estará estará disponible ese tema de conversación, acaso la puja por recursos para las universidades, y el goteo de fondos con el que cada jefe provincial planifica también seguir su gestión. No en vano Pullaro viene de anunciar aquí un presupuesto ambicioso, de 10,6 billones de pesos en los que tallan 1,5 billones para obras públicas y 2,5 para educación.
El santafesino tendrá para insinuar acaso como prenda de cambio la reactivación de las obras que el gobierno nacional ejecutaba en la provincia hasta el año pasado, y que dejó de hacerlo por decisión presidencial y del DNU 70/2024. A pesar de que luego hubo un acuerdo entre Francos y el ministro de Obras Públicas santafesino, Lisandro Enrico, Nación todavía no reanudó las obras comprometidas y tampoco terminó de ceder el mantenimiento reclamado en las principales rutas nacionales que atraviesan Santa Fe. Es que todavía no canceló las partidas adeudadas a las empresas licitatarias, condición sine qua non que habían puesto las provincias.
El titular del Ejecutivo provincial también comulga con la idea del equilibrio fiscal como meta, igual que el ideario libertario. Y este sendero es el que le ha prodigado hasta aquí la dispensa de Milei, quien por ahora no lo puso en la mira, más allá del fuego graneado que disparó contra todos los gobernadores al comienzo de la gestión. Sabe que ese es el límite, a riesgo de que tengan que irse sin comer el postre.
Con el anfitrión estará también el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, quien sostiene buen diálogo con el jefe de la Casa Gris. También estará el viceministro de Interior, Lisandro Catalán, y algún otro funcionario más. Estos les confirmarán a los radicales que en la trayectoria de la motosierra siguen los aportes que el Estado nacional le hace a los partidos políticos y las Primarias Abiertos Simultáneas y Obligatorias (PASO). Una medida anticasta que la política tradicional la preocupa.
La Libertad Avanza movió alfiles y peones este fin de semana en territorio provincial. Y aunque no tuvo la venia explícita de Javier Milei, sí la tuvo con cuerpo presente y todo de su hermana Karina, a quien él reconoce como "El Jefe". Y en Santa Fe dejaron explícito la decisión de consolidar el armado político de LLA, y marcar mayores diferencias con Pullaro y el frente Unidos, con quienes a pesar de todo comparten electorado.
De ahí se explican los puntines discursivos que la diputada Romina Diez ha esbozado contra el gobernador. Pullaro, de manera previsible, ni se mosqueó para retrucarle por una cuestión de rango y estatura política.
La convocatoria a una reforma constitucional también asoma en el horizonte, en paralelo con la discusión del Presupuesto 2025, y la conducción de LLA no está dispuesta a concederle a Pullaro la posibilidad de reelección. Con esos dilemas en juego, el gobernador radical de Santa Fe se sentará hoy a la mesa de Milei, otra vez.