El sector más intransigente de la Unión Cívica Radical salió al cruce de Javier Milei por el ataque que sufrió en la madrugada del sábado el Comité Nacional de la UCR, donde un grupo de desconocidos rompió computadoras, muebles y revolvió papeles en la oficina del senador Martín Lousteau. Ante la escalada de los cruces por los dichos de Milei, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, le envió ayer un mensaje por whatsapp a Lousteau para comunicarle solo que estaba "colaborando con la policía de la Ciudad" en la investigación del hecho. El titular de la UCR le respondió --por el mismo medio-- que le "agradecía la información" a la que sumó otro interrogante: "No sé muy bien como se compatibiliza su actitud con esta otra", escribió y le envío una nota con las declaraciones de Milei sobre el ataque al Comité Nacional. Bullrich nunca volvió a responder a la pregunta de Lousteau, reconocieron sus colaboradores ante la consulta de PáginaI12. Tampoco hubo mensajes de otros funcionarios del Gobierno nacional para el presidente del radicalismo.
Antes de ese intercambio, el histórico referente de la UCR, Juan Manuel Casella, repudió el brutal ataque y acusó a Milei de formar parte de la escalada de violencia, luego que el presidente ultraderechista buscó vincular el hecho vandálico --sin fundamentos ni información— a un auto atentado de las auorides partidarias para “destruir evidencias” frente a las auditorías que el Gobierno impulsa sobre las universidades públicas nacionales por fuera de las que realiza la Auditoría General de la Nación. “Las palabras de odio, bronca y asco de Milei se terminaron haciendo realidad”, sumó sobre el atentado Pablo Juliano, alineado con el sector de Facundo Manes y que preside el bloque de diputados nacionales que rompió con la bancada oficial de la UCR.
Casella afirmó que el ataque de cinco personas a las instalaciones de la sede nacional del radicalismo en el barrio porteño de Congreso, rompiendo muebles, computadoras y revolviendo documentos, es “triste”, pero también “previsible”. Esto se debe a que “desde la presidencia se agrede permanentemente, se usan términos agresivos y no medidos sobre los opositores, los periodistas o gente que expresa algo contrario al Gobierno”, agregó el referente partidario en conversación con la AM750. “Tremenda casualidad. Justo cuando la UBA se niega a que le hagan las auditorías, a 125 le entran en la oficina a destruir evidencia que podría tener la marca de sus dedos", posteó el Presidente en X intentando asociar a Lousteau con el ataque que sufrió el partido.
“Es una ridiculez histórica”, contestó Casella. “Nadie puede imaginarse que los papeles de una universidad están en la sede de la UCR”, dijo, y añadió que “lo primero que tiene que hacer el Presidente es garantizar la seguridad de todo el mundo, y sobre todo de los opositores”. “Porque si no, se puede pensar que detrás de esta agresión hay una mano tramposa promovida por el Gobierno. Las expresiones del presidente son claritas. Dice que es casualidad por lo de la UBA. Busca una explicación de un acto delictivo”, apuntó Casella.
“Es tan notorio, está grabado por cámaras de seguridad. Lo que tiene que hacer es instruir al ministro de Justicia para que impulse la investigación y garantice la seguridad de la gente”, replicó el dirigente radical sobre la teoría conspirativa de Milei y remarcó las pruebas que aportó la UCR a la Justicia donde se ven a los atacantes fuera y dentro del local partidario captadas por las propias cámaras de seguridad. “No es casual, usando el lenguaje del presidente, que esto suceda después de una constante de agresiones verbales”, añadió Casella.
El diputado Juliano también respondió a las sospechas vertidas por Milei. “Las palabras del presidente de odio, de bronca, de asco, se terminan haciendo realidad. Esto no es solo para Milei, esto pasa en todo el mundo. La construcción de discursos de los lugares de posiciones de privilegio, de referencia, como en el caso del presidente, termina generando esto”, sostuvo.
“Yo creo todas las posibilidades están abiertas”, respondió Juliano en Radio Zónica, cuándo lo consultaron si consideraba que los agresores podrían se seguidores del Presidente aunque no fueran orgánicos. “Nunca en 41 años de democracia se había ingresado a un comité nacional –continuó el diputado--. Allí están las fichas de afiliaciones, los documentos partidarios. Que el Presidente insinué que allí se están eliminando pruebas de una posible auditoría de la que él es responsable porque son oficinas públicas las que ejecutan esas auditorías es una locura”.
“Milei tiene la posibilidad de que eso que declama, que tanto le importan, como son las auditorías a las universidades, empiecen a canalizarse por los lugares institucionales y no por un tuit. Yo creo es muy peligroso porque van a empezando a ver distintas señales y síntomas que tienen que prendernos una alarma”, soltó con preocupación Juliano.
Para el diputado referenciado con Manes “lo que no puede avalarse nunca es la violencia, siempre hay que rechazarla. Siempre me solidaricé con los dirigentes de Milei en la ciudad de La Plata, cuando han sufrido actos menores como cuando le rompen carteles. Lo mínimo que uno espera del otro lado es que la regla de oro de la convivencia se respete”. “Es de una ignorancia total presumir que hay documentación de oficinas públicas en un comité. Se trata de declaraciones intencionadas, son parte de una provocación que no agrega nada bueno”, insistió Juliano.
El procurador de la Ciudad de Buenos Aires y presidente de la UCR porteña, Martín Ocampo también le respondió a Milei: “El Presidente es el encargado de la seguridad federal y de los partidos nacionales. ¿Qué hizo Milei para garantizar la seguridad del partido?”, retrucó.
Sin embargo, los gobernadores radicales dialoguistas dieron muestra una vez más de su pragmatismo y aceptaron el convite de Milei para hoy al mediodía en la Casa Rosada, a pesar que el mandatario también acusó la semana pasada al expresidente Raúl Alfonsín de “golpista”. Una muestra que la disputa dentro de la UCR por su posicionamiento frente al Gobierno libertario aun está lejos de definirse.