Hoy, el mundo despide a un gigante: Quincy Jones, quien a sus 91 años deja este plano para convertirse en leyenda. Con un legado tan vasto como el universo que exploró con su música, su partida marca un antes y un después, particularmente en la comunidad negra global, que lo llora y celebra su vida en la misma medida. Su familia compartió esta noticia con el corazón roto, pero lleno de orgullo: “Aunque esta es una pérdida increíble para nuestra familia, celebramos la gran vida que vivió y sabemos que nunca habrá otro como él”.
“Era verdaderamente único y lo echaremos de menos profundamente; nos reconforta y enorgullece enormemente saber que el amor y la alegría, que eran la esencia de su ser, fueron compartidos con el mundo a través de todo lo que creó. A través de su música y su amor sin límites, el corazón de Quincy Jones latirá por la eternidad” decía el comunicado emitido por la familia del artista. Dueño de una carrera tan extensa como única, su pérdida deja un vacío enorme en la escena de la música pero también invita a revisitar toda su obra y seguir inspirándonos para continuar ese legado lleno de historia y conciencia.
Quincy Jones fue mucho más que un virtuoso de la música. Fue un puente entre generaciones, un mentor para talentos incipientes y una voz poderosa que luchó siempre por el reconocimiento y la dignidad de nuestra comunidad. Con 28 premios Grammy, dos Oscar honoríficos y un Emmy, la carrera de Jones se define no sólo por sus premios, sino por sus hitos. En 2016, fue una pieza fundamental en la creación del Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana (National Museum of African American History and Culture, NMAAHC) en Washington D.C., un espacio donde, en sus palabras, “los jóvenes negros pueden conocer de dónde vienen”. Para él, este museo era un acto de resistencia y un símbolo de orgullo colectivo; un lugar donde bebop, doo-wop y hip hop convergen como fenómenos sociales que reflejan la historia de nuestra gente.
Una historia digna de la pantalla grande
A medida que la industria de la música se transformaba con la era digital, Jones continuó adaptándose. Fue mentor de nuevos artistas, promoviendo colaboraciones y defendiendo la preservación de la música afroestadounidense. En 2018, lanzó un documental en Netflix titulado Quincy, dirigido por su hija, Rashida Jones. En él se puede ver una parte más íntima de su vida, sus logros y los desafíos que enfrentó en su carrera. La producción fue aclamada y le dió a las nuevas generaciones una perspectiva completa de su influencia en el jazz, el pop y el hip hop, así como su contribución en la lucha por los derechos civiles. Durante este período, Jones también se involucró en la educación y en la defensa de los derechos de autor para los artistas, asegurando que las generaciones venideras tuvieran mayor control sobre su música y derechos.
Poder Negro
Qwest Broadcasting Company fue fundado por Quincy Jones nacido de su deseo de tener mayor libertad creativa y de apoyar a artistas diversos. El primer programa que lanzaron fue el reconocido “Fresh Prince of Bel-Air” que impulsó aún más a un joven Will Smith que luego del rotundo éxito no pararía de crecer en la pantalla.
En 1993 su trabajo y visión lo llevó a fundar un nuevo medio, la revista Vibe, orientada a la cultura hip hop, el propio Quincy notaba que el hip hop era una cultura en crecimiento que no tenía voz y es ahí que pensó en una plataforma propia para ese movimiento tan poderoso. Su rol en el hip hop fue tan determinante que en 1995 se realizó en New York el Simposio de Hip Hop con grandes referentes de la cultura que incluían productores y artistas de la talla de Suge Knight, Dr. Dre y Common por citar algunos. En esa ocasión Quincy hizo foco en frenar la violencia que estaba escalando dentro de la comunidad y poner un freno para no perder, como él marcaba, dos generaciones de jóvenes. “Me enamoré del hip hop porque me recordaba mucho al bebop. Sentí un parentesco porque vivimos muchas de las mismas cosas. La filosofía detrás del bebop era estar “hip”, y estar “hip” era estar despierto”. “Ya no podemos darnos el lujo de no ser diplomáticos. Debemos hablar en serio sobre lo que deberán resolver. No son juegos, disparan armas reales. Quiero verlos llegar a mi edad”.
Un himno para la humanidad
"We Are the World" fue un emblemático proyecto musical lanzado en 1985, ideado por Harry Belafonte y liderado por Quincy Jones, con el objetivo de recaudar fondos para combatir el hambre en Etiopía en particular y en África en general. La canción fue escrita por Michael Jackson y Lionel Richie, y se grabó en una histórica sesión que reunió a 46 de los artistas más famosos de la época, entre ellos Stevie Wonder, Diana Ross, Ray Charles, Bruce Springsteen y Tina Turner.
El proyecto fue un hito por su mensaje de solidaridad global y su capacidad para movilizar a la industria musical en torno a una causa humanitaria. El lema de la grabación, "Leave your egos at the door" ("Dejen sus egos en la puerta"), fue una instrucción directa de Quincy Jones para lograr un ambiente de colaboración genuina. "We Are the World" se convirtió en un éxito mundial, recaudando millones de dólares y demostrando el poder de la música para inspirar cambios sociales.
No sólo trascendió las diferentes generaciones de artistas, los géneros musicales y las nuevas tecnologías y formas de trabajar sino que también los propios límites del planeta. En 1969 los astronautas del Apolo 10 reprodujeron la canción “Fly Me to the Moon” para la gente en la tierra mientras orbitaba la Luna a 250.000 kilómetros en el espacio. Esta mítica canción de Frank Sinatra pertenece a la etapa en que Quincy estaba a cargo de lo que él llamaba “la mejor banda del mundo”. Sin lugar a dudas una personalidad tan brillante sólo dejó de estar en este plano, su legado más que nunca, será eterno y honrado por quienes valoramos su incansable labor y compromiso por mantener la memoria de nuestra diáspora y construir para el futuro.
Hasta siempre hermano Quincy.
*Artista y activista antirracista afroargentino de DIAFAR.