El título de la obra comienza con la palabra “justicia”, con minúscula. No es casual, no, no lo es; porque quiero aludir al valor justicia y no a la Justicia, es decir al aparato judicial, al Poder Judicial.
Y porque creo que no es incompatible con la política; por el contrario, en un Estado de Derecho deberían ser dos caras de una misma moneda. Pero sabemos que no lo es. Estos últimos años la primera se ha visto sujeta, a veces prisionera de la segunda.
Hemos visto y vemos aun cómo el humor social prima sobre el contrato social. Cómo la emocionalidad en algunas causas perfora y vulnera la legalidad. Cómo algunos han usufructuado el humor social para “saltearse” algunos pasos y violar garantías constitucionales. Hemos asistido a la preminencia de la razón de Estado por encima de la aplicación de la Constitución y de la ley. Y sobre todo hemos visto el accionar de una autoridad pública amoral, que justifica el “a como de lugar” por su propia ineficiencia para prevenir, investigar y castigar el delito. Al momento de ingresar a imprenta esta obra esto comienza a salir a flote.
Los temas que componen esta obra tienen, unos mas otros menos, directa injerencia sobre la vida de las personas y de las instituciones democráticas. Es una opinión solo eso, para incentivar otras opiniones, para fortificar el debate en una sociedad democrática, y sobre todo para ratificar una vez más que el poder está concebido en función de asegurar la libertad y no al revés.
* Introito de su libro "justicia y política" (Editorial Juris, 2024) que se presenta este jueves 7 de noviembre, a las 19, en el auditorio del Colegio de Abogados, Oroño 1542.