Las polémicas y las discusiones con Julio Cortázar no cejaron durante toda su vida. No siempre las objeciones fueron desde el otro campo, lo que hubiese sido relativamente cómodo para él, sino, dolorosamente, con gente de sus mismas ideas políticas y sociales. Estas controversias no han perdido actualidad, y me parece oportuno reconocerlas o recordarlas en los tiempos que corren, los de un descenso del debate ideológico y conceptual. He aquí dos ejemplos mayores de las mismas.