NO TE SUELTES 6 puntos
Never Let Go; Estados Unidos/Canadá/Francia, 2024
Dirección: Alexandre Aja.
Guion: KC Coughlin y Ryan Grassby.
Duración: 101 minutos.
Intérpretes: Halle Berry, Percy Daggs IV, Anthony B. Jenkins, William Catlett.
Estreno exclusivamente en salas de cine.
Que el mundo es un lugar agresivo y peligroso, lleno de amenazas a la vuelta de cada esquina, lo sabe cualquier madre o padre que se precie, pero los riesgos de la sobreprotección tampoco son escasos ni superficiales. El concepto central de No te sueltes, el nuevo largometraje del francés afincado en el terreno del cine de habla inglesa Alexandre Aja (Alta tensión, Despertar del diablo), lleva esa idea al extremo. O tal vez todo lo contrario, y sólo se trata de sobrevivir, rechazando las tremebundas intenciones del Mal, así con mayúscula. O bien ambas cosas, ya que la película protagonizada por Halle Berry juega constantemente a dos puntas sin dejar que ninguna de ellas termine copando la parada. El punto de partida y razón de ser del guion es sencillo y claro: en medio de un frondoso bosque, Mamá (Berry) vive junto a sus dos pequeños hijos mellizos llevando una vida natural, alejada de la civilización. Es que en realidad, según las palabras con aires de sentencia de la mujer, esta dejó de existir cuando alguna catástrofe impensada acabó con todo y con todos, excepto ellos tres. El Mal anda por ahí acechándolos, y su única protección es esa desvencijada casa de madera que los cobija.
Durante una buena parte de No te sueltes el espectador pensará constantemente en algún truco de aires shyamalanescos, en particular los de La aldea, ya que quien puede ver a esos hombres y mujeres con lengua viperina y expresiones mortuorias es exclusivamente ella. ¿Acaso el mundo exterior sí existe y todo lo que ocurre es el resultado de alguna enfermedad mental, ciertamente extrema, de Mamá? Los chicos siguen a pie juntillas las reglas estrictas impuestas por el matriarcado, que poseen elementos de religiosidad pagana y están basados en el amparo de la madera como material y, sobre todo, tres sogas atadas a los cimientos del hogar y a sus propios cuerpos. Talismanes que les permiten alejarse algunos cientos de metros de la casa para salir a cazar y recoger toda clase de alimentos. Sin luz ni agua corriente, el único elemento tecnológico que los pequeños conocen es una vieja fonola que –nuevamente el paganismo– se enciende y escucha sólo cuando la Luna extinguió todas sus fases.
Los dos primeros tercios del film de Aja habilitan la posibilidad de que los chicos descubran una posible “verdad” vedada a sus ojos, pero el guion pega unos cuantos volantazos antes del desenlace y posterior coda, abierta a la gestación de una secuela. Berry se mueve con soltura en el terreno del suspenso y el terror, aportando al personaje una fiereza que cruza los hábitos de una Mamá Coraje con los de una paciente psiquiátrica sin diagnóstico profesional. Con varios sustos de salón y la amenaza constante de la “relectura” de todo lo visto y oído a partir de cierta revelación, No te sueltes es un pequeño y relativamente efectivo ejercicio en el terreno de la fantasía colmada de horrores que juega a ser un drama de infancias arruinadas. O viceversa.