Norita 7 puntos
Argentina/Estados Unidos, 2024
Dirección: Jayson McNamara y Andrea Tortonese
Guion: Haydée Gastelú, Jayson McNamara y Andrea Tortonese
Música: Gustavo Santaolalla, Juan Luqui, Matías Tozolla y Paco Cabral.
Duración: 85 minutos
Intérpretes: Nora Cortiñas, Ana Careaga, Nora Strejilevich, Haydée Gastelú.
Estreno en salas.
Hay un puñado de personas que se vuelven tan grandes que solo es necesario pronunciar su nombre para que todo el mundo sepa de quién se trata. Nombres convertidos en una marca cultural, un código compartido que invoca una identidad que es al mismo tiempo individual —la de su dueño— y colectiva —la de la comunidad que la reconoce y encuentra en ella un espejo, para bien o para mal—. Estas personas suelen provenir del campo popular, pero sus logros alcanzan tal magnitud que trascienden las fronteras de clase. El Diego, Evita, Charly, por ejemplo: se los puede amar u odiar, pero nunca negarlos. Lo mismo pasa con Hebe, Estela y Norita, referentes de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, cuyas luchas en algún momento parecieron encolumnar a todo el país detrás de ellas. Hoy está claro que nunca fue así.
La última de ellas es la protagonista de un documental que justamente lleva su nombre por título. Dirigido por Andrea Tortonese y Jayson McNamara, Norita rescata la historia particular de Nora Morales de Cortiñas, una tarea que no está exenta de riesgos. Uno de ellos, el más obvio, es que el árbol acabe tapando al bosque. Es decir, que una gesta colectiva como la de las Madres termine pareciendo el impulso de una sola o de unas pocas mujeres, cuando se trata de una lucha que reúne a miles de ellas, trabajando de forma asociada en pos del mismo objetivo: saber dónde están y qué pasó con las 30 mil personas desaparecidas por la última dictadura militar en la Argentina. Sus hijos.
Realizada a partir de la combinación de material de archivo con testimonios directos que le da a la película un aire entre clásico y conservador, Norita cuenta además con elementos que se corren de esa rigidez formal. Entre ellos se destaca, por un lado, el registro de algunas escenas que dan cuenta tanto de la vida cotidiana de Cortiñas, registradas muy poco antes de su muerte el 3 de mayo pasado, como de las espontáneas muestras de cariño que recibía de una multitud de desconocidos no bien ponía un pie en la calle. En especial cuando participaba de marchas o eventos públicos, algo que hizo hasta el final de su vida, donde era venerada casi como una santita popular.
En estos tramos Norita no solo intenta mostrar el compromiso de la protagonista con la causa de las Madres, sino del modo en que utilizó su popularidad para apoyar otras, en especial la que derivó en la aprobación de la Ley de Aborto. Además, para suplir la falta de un archivo familiar, también se incluyen una serie de animaciones, sencillas pero elocuentes. A través de esas viñetas se cuenta la historia de Cortiñas, desde su matrimonio, el nacimiento de sus hijos o la desaparición del mayor, Gustavo, hasta los diferentes estadíos que atravesó su búsqueda. Dichas escenas buscan tender puentes emotivos con el espectador y muchas veces lo consiguen.
Entre los productores se encuentran figuras del ámbito local de gran proyección internacional, como el músico Gustavo Santaolalla, el cineasta Andy Muschietti y su hermana y productora Bárbara Muschietti. Pero también destacadas figuras del progresismo en los Estados Unidos, como la actriz Jane Fonda y la periodista y escritora Naomi Klein, autora de libros como No Logo: el poder de las marcas o La doctrina del shock. Un hecho que no hace más que confirmar a las Madres como uno de los organismos de derechos humanos más prestigiosos del mundo.
En el camino quedan algunas escenas memorables, como esa en la que Norita confiesa que no siempre fue feminista, dando cuenta de la vida como una construcción. O su miedo a que la vejez le quitara la memoria, expresión de temor que es un símbolo en sí mismo. O la reivindicación de Carlos, su marido invisible, que permite por una vez jugar a invertir la fórmula y decir que detrás de toda gran mujer hay un gran hombre.