River derrotó a Instituto en Alta Córdoba en un partido que tuvo de todo: resultado cambiante, patadas por doquier, muchos goles y, sobre todo, una pincelada magistral del Pity Martínez que sirvió para definir la historia.

Fue 3 a 2 para los de Marcelo Gallardo, que así se prenden alguito en la lucha por la Liga Profesional (quedaron a seis puntos de Vélez -un partido menos- y Huracán) y además se reubicaron en el segundo puesto de la tabla anual que clasifica a la Libertadores 2025.

La Gloria, que está a diez de los punteros y se alejó bastante de los puestos de Sudamericana en la anual (a siete unidades), se fue al entretiempo arriba gracias a una linda contra de Gregorio Rodríguez, quien ayudado por una muy floja marca de Paulo Díaz se fue contra Armani y puso el 1-0 con un puntinazo a los 23 minutos de la primera parte.

Sin echar mano al banco, Gallardo -hasta esta noche tenía marca negativa vs. Diego Dabove con dos derrotas, tres empates y un triunfo- dejó a los titulares reordenar las ideas y no lo decepcionaron durante la segunda parte. Casi que en una ráfaga, River lo dio vuelta. A los 54, Pablo Solari aprovechó un rebote tras una muy buena atajada del exBoca Manuel Roffo y puso el empate. Mientras que a los 63, el chileno Díaz pudo desquitarse de su error inicial y marcó el 2-1 con la gracia de un desvío que descolocó a Roffo.

Los de Núñez parecían armar las valijas con los tres puntos adentro, pero otro error de la defensa significó el empate cordobés. Lateral rival, doble cabezazo en el área y llegada goleadora de Jonás Acevedo a los 72. Insólito yerro de un equipo de Gallardo.

Para entonces el Muñeco ya había mandado a cancha al Pity Martínez (por Echeverri) y Mastantuono (por Solari) y River ganó toque y elegancia en su mediocampo. Además, Marcos Acuña pidió el cambio por lesión a los 52 (entró Enzo Díaz). A su vez, la Gloria se animaba también a los lujos, como una linda calesita que se mandó Grego Rodríguez para desairar dos millonarios.

Sin embargo, el que se llevó el premio lírico de la noche fue el Pity Martínez. A los 82 y bastante marcado, sacó un pase tres dedos tremendo para que Colidio, en plena carrera, domine muy bien en dos tiempos y defina ante Roffo, quien pudo haber hecho algo más para evitar la alegría visitante.

Instituto intentó un poco más a ver si podía volver a empatar, pero cuando advirtió que eso no sería posible, se conformó con repartir patadas. El que peor la pasó en ese aspecto fue Bareiro, aunque tampoco le escapó al roce.