Tras el bajonazo que se pegaron hace dos años, cuando la organización del Primavera Sound avisó un minuto antes de su show que no podrían salir a tocar ante la probabilidad de que volviera a llover, Boy Harsher finalmente vivió su revancha porteña en noviembre de 2023 en Niceto Club. "No podíamos pedir más: las entradas se agotaron, tocamos en un club genial y el público estuvo increíble", enumera desde Nueva York un sonriente Augustus Muller, músico y productor de la dupla. "Además, los promotores se portaron muy bien con nosotros, eran como una gran familia. Y esa sensación de humanidad se sintió en el show. La energía era amable, la gente se lo bailó todo. Sucedió más de lo que esperábamos. Por eso estamos ansiosos con esta vuelta a Buenos Aires."

Lo que nadie esperaba entonces era que el grupo estadounidense articulara una performance más cerca de la pista de baile que de la circunstancia recitalera. Es por eso que ese debut local, labrado desde el lado oscuro y lascivo de la música dance, terminó por convertirse en una especie de fiesta gótica, de lo mejor que sucedió en la ciudad en 2023. "Nos interesaba ver la reacción del público frente a canciones un poco más rápidas", explica Augustus. A lo que la cantante Jae Matthews, quien esa noche calurosa ofició de guía de la ceremonia, añade desde Western Massachusetts, también vía videollamada: "A veces la elección de un tema lento puede ser egoísta, porque la gente desea bailar y sentirse sexy. Es por eso que siento que esa noche logramos el objetivo, lo que no siempre sucede".

A un año luego de semejante flash, estos cultores de la dark wave, la EBM y el electropop regresan este jueves 7/11 a Buenos Aires, esta vez en la sala Deseo (a las 21), sin la excusa de un nuevo disco, un single o alguna celebración en particular. Sólo vienen para seguir tejiendo su amorío y cimentar la lujuria entre un público que no tenían en su radar, y que al parecer no piensan desamparar. "Este año sólo nos dedicamos a tocar", advierte el músico. "El set en vivo que estamos haciendo es prácticamente el mismo en todas partes, pero lo genial es que podés experimentar sobre esa base". En tanto, Jae completa: "Lo mismo pasa con la lista de canciones. No cambió mucho, pero la fuimos ajustando según la circunstancia o probando cosas nuevas en algunos temas".

  • ¿Suelen preparar de antemano la puesta en escena y el setlist?
  • Augustus Muller: A donde quiera que vayamos, nuestras actuaciones siempre giran en torno al live set. La ventaja es que podemos retocar nuestro show cada vez que sea necesario. Si nos aburre algo, lo sacamos. Pero si queremos darle más caña a la cosa, también lo podemos hacer.
  • Jae Matthews: Trabajamos con un diseñador de iluminación, y él se encarga de darle forma a todo el espectáculo. Y cuando no tocamos en un festival, sino en una sala, le explicamos al ingeniero de video o al VJ cómo queremos que el show se duplique en la pantalla detrás de nosotros. Siempre que tenemos un camarógrafo para esto, tratamos de que las imágenes sucedan espontáneamente. Así que el recital, en general, está minuciosamente planificado.

  • No sacan material nuevo desde hace dos años. ¿Están trabajando en su próximo disco? ¿Adelantarán algo en su show?
  • Jae Matthews: Estamos trabajando en material nuevo. No tuvimos descanso hasta ahora, pero Gus (se refiere a Augustus) le estaba dedicando tiempo a eso. Pese a que estamos con proyectos paralelos, constantemente pensamos y tiramos ideas para Boy Harsher. Justo ahora comenzamos con el proceso de composición de las letras, y se volvió emocionante. No sé qué esperamos de todo eso. Tal vez surja música curativa.

Si bien no están publicando obra propia, en octubre sacaron el remix del single Just A Western, de la cantante inglesa Nilüfer Yanya. Si bien le dieron vuelta al tema, llevándolo a una estética sonora de película de VHS, la remezcla también toma distancia de su impronta musical. "Su sello nos contactó para remezclar esa canción", aclara Muller. "Creo que es muy buena compositora. Cuando escuché el tema me recordó a algo bien country tipo Wicked Game (hitazo de Chris Isaac), que tocamos mucho en vivo últimamente. Así que me incliné por eso. Sí es verdad que suena más ligero a lo que hace comúnmente Boy Harsher, pero está bueno escuchar algo así nuestro".

  • Remezclaron a artistas como Yeah Yeah Yeahs y Debby Friday. ¿En qué piensan cuando hacen un remix?
  • Augustus Muller: Primero tenemos que tener tiempo para hacerlo. Lo otro que me interesa es que haya una voz, porque es muy difícil para mí pensar en un remix instrumental. Trabajar este formato con artistas que no esperabas remezclar es algo que también me copa.
  • Jae Matthews: Cuando nos llegó la propuesta de Yeah Yeah Yeahs, no le dimos muchas vueltas. Sabíamos que había que hacerlo. Mi deseo siempre se relaciona con el hecho de que quiero cantar con un montón de gente, y muchas veces mi voz no funciona en los remixes. En cada remix que hicimos, probamos mi voz. A veces funciona, y a veces no.

Los propios Boy Harsher también fueron remezclados. De hecho, tienen un disco basado en eso, Careful Remixes, etc. (2019), en el que hay varias reinterpretaciones de tres temas. "Como fue nuestro primer disco de remixes, no sabíamos qué pasaría. Hablamos con un montón de gente y les contamos cómo nos gustaría que fuera. Y los que nos hicieron una devolución más cercana a lo que pretendíamos fueron los que terminaron participando (entre ellos el productor y DJ alemán Marcel Dettmann, quien será parte de la inminente Creamfields Buenos Aires). No hubo ningún plan. Sólo pensamos cómo sería meterse con un disco de este estilo, y lo hicimos."

  • Su sonido está a medio camino del rock y de la música dance. ¿Dónde se sienten más cómodos?
  • Augustus Muller: No somos DJs, somos una banda de rock, por más que el formato que manejamos sea atípico. Nuestro espíritu es el de una banda de rock que se siente inspirada por la cultura del club. Nos encanta ver a DJs y a grupos de música electrónica, por supuesto. Creo que la ventaja que nos brinda la propuesta es que nos viene a ver tanto público del rock como de la electrónica.

Este año se celebra el décimo aniversario de la aparición de Pain (“Dolor”), canción seminal de Boy Harsher devenida en himno mundial del underground. "Surgió de manera accidental", revela Augustus. "Tenía el estribillo en mi cabeza: 'Dolor, rompe el ritmo', y seguí por ahí". El tema está incluido originalmente en el casete Lesser Man EP, de 2014. "La emoción detrás de esa canción es un bucle de retroalimentación de nuestro dolor más profundo", ilustra Jae. "Estábamos en una situación realmente difícil. Y como cualquier crisis, se sintió cercana y extrema. Fue un jodido desastre. Lo que me hace sufrir ahora es diferente. Mi dolor es omnipresente y difícil de definir, y actualmente flota en el panorama general."

  • Cuando la grabaron gobernaba Barack Obama, pero ahora puede que Pain cobre otro sentido en la nueva presidencia de Donald Trump. ¿Temen por lo que podría pasar?
  • Augustus Muller: No sé qué pasará. Creo que la mayoría de la gente siente que el actual gobierno también es malvado, por el apoyo a Israel en la Guerra de Gaza. Todos los días estamos viendo las atrocidades que se cometen allá.
  • Jae Matthews: Nuestro gobierno es simplemente un colonizador feroz, lo cual supongo que todos sabemos. La verdad es que nadie esperaba con ansias estas elecciones. Creemos en el cambio social y el humanismo, pero Estados Unidos parece estar en un lugar realmente muy extraño en este momento. Es como si estuviéramos revirtiendo muchas tendencias progresistas que hemos ganado, y ésa es la parte más aterradora. Sobre todo para nuestros amigos y amigas trans.


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