Rodeados por un entorno que los prefiere adentro, conviven la señora, su marido y la mucama. Una situación a la que la dramaturgia de Leandro Doti supo arribar, a partir de una sola imagen y con el tono fantástico como registro elegido. También en dirección -junto a la asistencia de Aquiles Pelanda-, Doti reúne en El Susto los miedos de estos tres personajes, caracterizados por María Caila, Paula Bertazzo y Gustavo Maffei. Hoy a las 20, El Susto visita el Teatro del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río).
Obra surgida del laboratorio de dramaturgia y de la clínica Descarriadas, las artes escénicas expandidas, a cargo de Mariela Asensio en Parque de España, El Susto fue seleccionada en la Convocatoria Espacio Santafesino del Ministerio de Cultura de la provincia, y tuvo sus primeras funciones el mes pasado. “Estamos muy contentos entre los miembros del equipo, al ver materializada la obra, luego de tanto trabajo y de tiempo de ensayo. Hay también un gran trabajo técnico, de música y diseño sonoro, junto al vestuario, la escenografía y la luz. Todo lo que imaginamos lo estamos viendo. Hay también otra cuestión, todas las partes generan que la obra pueda verse desde un registro fantástico, y permite que el público pueda disfrutar de ese mundo extraño donde viven los personajes”, comenta Leandro Doti a Rosario/12.
-¿Cómo surgió esta idea?
-Surgió de manera bastante automática. Yo no me considero un dramaturgo, sino un actor que ahora emprende un poco este camino. Lo hago para poder llevar adelante mis proyectos, como una manera más de poder trabajar en el teatro y de poder actuar. En este caso, me llevó también a dirigirlo. La historia surge a partir de una imagen, literalmente, la imagen de una persona. De ahí sale el personaje, dónde vive y en qué contexto. Hay algo de lo estrafalario, de lo ácido y de lo oscuro, pero también de lo más cómico, que surge junto a este mundo paralelo. Este personaje no puede ver lo que sucede, no logra salir de esa casa, ¿por qué no lo logra? El espectador tendrá que disfrutar de la obra y descubrirlo. Hay una afuera, al que no se le permite salir; de todos modos, y si bien ella lo intenta, en realidad no quiere salir, no quiere ver lo que hay afuera. Y tampoco quiere ver lo que hay adentro. Entonces, busca maneras de escapar. Ella es Yolanda (María Caila), es quien lleva adelante todo esto, lo que no quiere decir que sea quien lleve los pantalones en esa casa, para nada. Está también Alfredo (Gustavo Maffei), que es un poco el narrador, pero son cosas que hay que descubrir en la obra.
-¿Cómo se va dando esta deriva entre personajes en tu escritura?
-Es automático, me sale así. Obviamente, fue parte del proceso de trabajo en la clínica de dramaturgia del Parque de España, y estuvo el acompañamiento de Mariela Asensio. El primer personaje me pedía que hubiese compañeros a su alrededor, para poder crear conflictos, situaciones y acciones entre ellos. Y así aparece Alfredo, porque Teresa (Paula Bertazzo) y Yolanda surgieron bastante al unísono, es decir, una no podría existir sin la otra. Necesitaba que hubiese un conflicto, y de alguna manera lo viene a traer Alfredo. A través suyo podemos descubrir qué es lo que pasa con este mundo extraño, que está afuera. Estos tres personajes son una manera de poder hablar de la fantasía, de los mundos extraños, y se ve que eso en algún punto a mí me atrae: hablar de la oscuridad, pero intentando no dejar de lado la comedia y lo más ácido.
-¿Cómo fue el trabajo con los actores, teniendo en cuenta este registro?
-Fue muy interesante. Generalmente, trabajo mucho con Aquiles Pelanda, y quise que los actores estuvieran cercanos a las edades de los personajes. La primera idea hubiese sido que uno de nosotros fuese Yolanda, porque nos encantan los varones que visten de mujer y el lenguaje estético lo habría soportado, pero esta vez quise que sea una mujer, lo tenía muy claro. Así conocimos a María, a Paula, y a Gustavo; los tres actores no se conocían y nosotros tampoco a ellos, así que fue un proceso de mucho trabajo, muy satisfactorio. Y tuvimos una ventaja, tanto Gustavo como María vivieron la época del teatro under de los ’80 y los ‘90, y Aquiles y yo estamos absolutamente influenciados por esa época. Son cosas que nos atraen. Y ellos entendieron rápidamente algunas partes de la lógica de la obra, del lenguaje poético y del lenguaje estético. Fue muy lindo y muy productivo el proceso.
El Susto ofrece un paisaje tal vez distópico, tan improbable como cercano. Como señala Doti: “Surge del escribir, surge de desear crear estos mundos, medio extrañados y medio oscuros. No me gusta hablar de la realidad, me gusta hablar de lo fantástico, de lo extraño, aunque después los espectadores puedan crear un paralelismo con la realidad. Eso sucede y no deja de sorprenderme, hay gente que encuentra cosas en la obra sobre las que no escribí; pero no es imposible, tal vez inconscientemente lo hice”. El Susto cuenta con texto y dirección de Leandro Doti; asistencia de Aquiles Pelanda; actuaciones de María Caila, Paula Bertazzo y Gustavo Maffei; diseño musical y sonoro de Santiago Lagar; vestuario de Lorena Fenoglio; escenografía de Agustín Pagliuca; iluminación de Mafer Weber; y fotografía de Ariel Micheletti.