A tres semanas de la finalización del período de sesiones ordinarias en la Legislatura provincial, la coalición oficialista Unidos busca aprobar la ley que declare la necesidad de la reforma constitucional, un anhelo del gobernador Maximiliano Pullaro. Desde distintos espacios opositores han manifestado sus dudas en relación el proceso, que por ahora el Gobierno no abrió al debate del resto de las fuerzas políticas ni de las organizaciones de la sociedad civil. “No estamos dispuestos a avalar con nuestro voto un paquete cerrado que venga predefinido desde la Casa Gris, y que sea simplemente un par de cuestiones para lavar la cuestión central, que es la reelección del gobernador”, dijo a Rosario/12 la diputada justicialista Lucila De Ponti, del bloque Santa Fe Sin Miedo. En una entrevista con este diario, la legisladora consideró “un error” el modo en que el oficialismo administra el asunto, atento a que necesita al menos seis votos de algunas de las bancadas opositoras para aprobar la norma antes de fin de mes: “No puede ser ni un traje a medidas del gobernador, ni un acuerdo de cúpulas a espaldas de la sociedad”.

La cuestión central es si la reforma se realiza sobre un paquete acordado entre las fuerzas políticas, o si se abre la discusión de los constituyentes que sean elegidos por el voto popular, en comicios que el gobierno quiere convocar en forma conjunta con las elecciones de medio término de 2025.

El oficialismo posee la mayoría de dos tercios en el Senado para avanzar en la ley de  reforma, pero en Diputados requiere de otras seis voluntades, además de las 28 que conforman el interbloque de Unidos. Es decir, está obligado a negociar.

“Si el objetivo va a ser ese (la reelección del gobernador), nosotros no lo vamos a avalar. Queremos que se abra la discusión sobre los aspectos a reformar y se discuta realmente una reforma democratizadora y en diálogo con la sociedad. O, en todo caso, que se vaya a una reforma total y que lo definan los constituyentes”, afirmó De Ponti.

-¿Cómo ves el proceso legislativo para sancionar la ley de necesidad de reforma constitucional?

-Me parece que hoy se está discutiendo en un escritorio de la Casa Gris y se está elaborando un proyecto de reforma como traje a medida del gobernador. Es un error muy grave que está cometiendo el frente Unidos, donde están armando un paquete cerrado para enviar la legislatura. Y esa no tiene que ser la forma para el debate de la reforma constitucional. Que no puede ser ni un traje a medidas del gobernador, ni un acuerdo de cúpulas a espaldas de la sociedad.

-¿Por qué considerás que puede ser un traje a medidas del gobernador?

-Porque lo único que se está discutiendo públicamente es si la reforma va a habilitar la relección de este gobernador. Eso le quita toda calidad y profundidad al debate de la reforma, que en todo caso tiene que permitirnos rediscutir la arquitectura institucional de la provincia y trabajar para resolver los problemas de la sociedad. No podemos hacer una reforma para resolver los problemas de la política, sin poner en agenda las cuestiones que tienen que ver con cómo construimos un Estado eficiente que le haga más fácil la vida a la gente. Lo que veo es que, si la tónica va a ser un paquete cerrado que se discutió en la Casa Gris, no vamos a estar de acuerdo. Al contrario, queremos poner en discusión toda la arquitectura institucional de la provincia, que no es solo la reelección del gobernador, sino la reelección de todos los mandatos, la representación de las Cámaras, la bicameralidad, los fueros, las atribuciones del gobernador, la intangibilidad de los jueces, la elección de los fiscales regionales por votación popular. Si la decisión es poner en el centro la reelección, entonces vamos a discutir todo el ordenamiento institucional de Santa Fe.

-Para poder aprobar la ley, el gobierno necesita seis voluntades en Diputados. Si bien la oposición es variada, ¿están dispuestos a dar los votos si incluyera estas otras cuestiones que vos mencionás?

-Hablo desde mi lugar, porque hay diferentes miradas en la oposición incluso adentro del peronismo. Pero sí, creemos que hay que discutir una reforma constitucional. Yo soy autora de un proyecto, pero no estamos dispuestos a avalar con nuestro voto un paquete cerrado que venga predefinido desde la Casa Gris y que sea simplemente un par de cuestiones para lavar la cuestión central, que es la reelección del gobernador. Lo que nos llega es eso, incluir algunas cuestiones obvias como extender el período de sesiones, o cambiar la representatividad de la Cámara de diputados y pasar a un sistema D’hont normal, que son cuestiones que se caen de maduro que tienen que ser reformada. Pero el único aspecto trascendental es la reelección del gobernador. Si el objetivo va a ser ese, nosotros no lo vamos a avalar. Queremos o que se abra la discusión sobre los aspectos a reformar y se discuta realmente una reforma democratizadora y en diálogo con la sociedad, o en todo caso que se vaya a una reforma total y que lo definan los constituyentes.

-¿Cómo evalúas el primer año de gobierno de Pullaro?

-Hay un logro respecto de poder generar un cierto clima de pacificación en relación a la seguridad en Rosario, que era algo que los rosarinos necesitaban y demandaban. Se puede discutir la sustentabilidad de las políticas llevadas adelante, pero claramente hay un clima más pacífico. Le reconozco eso al gobierno. En el resto de las cuestiones me parece que está dejando mucho que desear. Tenemos una provincia con índices de pobreza e indigencia altísimos, más que el resto de las de la Región Centro, tenemos problemas vinculados al sector laboral. Está el caso del cierre de la planta de Daw, en el que se le pidió de todas las formas posibles al gobierno no que compre la empresa o que la recupere, sino que intervenga y ocupe un lugar de protagonismo para generar estrategias de continuidad de esa planta con otros inversores, y la verdad es que el gobierno brilló por su ausencia. Eso se expresa en una mirada donde el protagonismo en la política productiva es mucho más discursivo que lo que realmente se hace en la práctica. Y lo mismo me parece la guerra se ha planteado desde el gobierno con los trabajadores públicos, absolutamente innecesaria. Si hay cuestiones que corregir y mejorar, tiene que hacerse de la mano de los trabajadores. Porque no vamos a poder tener un mejor Estado, más eficiente y que tenga mejores resultados, si se está en guerra con los trabajadores, estigmatizándolos y atacándolos. Ese es un error gravísimo, además de lo otro, que es la actitud un poco timorata en la relación con el gobierno nacional, que ha tomado decisiones de lo más perjudiciales para la provincia de Santa Fe en la distribución de recursos y que hemos escuchado posiciones muy tibias por parte del gobernador en la defensa de Santa Fe.