El grave incidente ocurrido con el submarino San Juan, que es buscado hace nueve días, puso en debate la inversión que debe hacer el Estado en el equipamiento de las Fuerzas Armadas. Las críticas de algunos de los familiares, que apuntaron al deterioro de la embarcación, y el silencio rotundo de las autoridades políticas, entre ellos el ministro de Defensa y hasta el propio Presidente, reforzaron más esta duda. Años atrás, el mismo Macri había criticado la inversión en el desarrollo de un motor nuclear para los buques de la Armada. “Me aterra”, había dicho entonces Macri, que calificó además la inversión como una “dilapidación” de presupuesto.
“Me aterra cuando leo que quieren hacer un submarino nuclear. Si tenemos tantos problemas para resolver en áreas tan sensibles… "¿Para qué queremos un submarino nuclear?", sostuvo Macri en mayo de 2010, luego de que la ministra de Defensa de ese entonces, Nilda Garré, presentara un plan para desarrollar junto con el Invap un motor de propulsión nuclear disponible para las embarcaciones de la Armada. Podría ser un submarino o algún otro buque, salió a aclarar la funcionaria.
El entonces jefe de Gobierno porteño justificó su rechazo diciendo que "no se puede seguir dilapidando la plata de los argentinos mientras la gente tiene tantas demandas postergadas en materia de salud, educación y seguridad". El año anterior, Brasil había encarado un proyecto similar por las “ventajas militares” que significaría un motor nuclear para el equipamiento de las Fuerzas Armadas.
En las redes sociales, desde las cuentas favorables al Gobierno se intenta instalar que la avería que habría provocado la explosión del submarino está relacionada con la reparación de media vida que se le realizó al ARA San Juan entre el 2008 y 2014 y que le extendió la vida al submarino por 30 años. Ningún representante de Cambiemos salió públicamente a abonar ese discurso, porque hacerlo significaría también asumir parte de la responsabilidad dado que el submarino cumplió con varios viajes oficiales en estos últimos dos años, incluyendo un ejercicio militar con disparo de torpedos.