Selena tiene seis años y ni sueña con darse vuelta para la foto que le reclaman sus padres, dándole la espalda al árbol navideño decorado moños, cintas, luces e imágenes de Peter Pan que la tiene fascinada y la duplica en altura. Solo se despega de su nirvana infantil cuando Zoe, su hermana menor, la tironea hacia el abeto que se inspira en la Bella Durmiente y sigue corriendo hacia los de Blancanieves, Dumbo y los 101 Dálmatas que esperan un poco más adelante. Como ellas, decenas de chicos que apenas se despegan del suelo miran fascinados los veinticinco árboles que forman parte del Christmas Tree Trail de Disney Springs, un recorrido temático especial instalado en el área de entretenimiento del Walt Disney World Resort que luce en estos días brillante de luces para celebrar la próxima Navidad. Al final del recorrido, y hasta el 24 de diciembre, los está esperando Papá Noel en su chalet. Mientras tanto, frente a la casita de jengibre gigante que se levanta en el lobby del tradicionalísimo Grand Floridian Resort, Magaly -joven pero experta repostera del equipo del hotel- recita los ingredientes de la receta que permiten esta obra maestra de la pastelería, hecha con más de 5000 galletitas a lo largo de 840 horas de trabajo: 500 kilos de miel, 400 de harina, 300 de chocolate, 300 de azúcar y 17 kilos de especias. Y sobre el frente del Teatro Chino en Disney’s Hollywood Studios -el parque temático dedicado al cine- se proyecta a lo largo de 14 minutos un festival de efectos especiales, mapping y fuegos artificiales por donde desfilan los personajes más famosos de la pluma de Walt Disney, viejos y nuevos, creando una atmósfera feérica de imagen y sonido que es a la vez una fiesta navideña y un auténtico homenaje a la magia de la pantalla grande. Los parques temáticos de Disney en Orlando son siempre un pasaje sin escalas a la infancia: pero cuando se le suma la atmósfera del celebrado Christmas time, capaz de hacer nevar incluso un día de calor tropical, los espíritus “brillan más que nunca”. Ya lo dice el villancico.
JINGLE BELLS Desde el comienzo de noviembre y hasta fin de diciembre, la Navidad es la reina de todos los parques temáticos. Magic Kingdom, tal vez el más emblemático, organiza en estos días –bajo el nombre de Mickey’s Very Merry Christmas Party– una fiesta que incluye una variada serie de eventos especiales… tantos que resulta difícil agotarlos en un solo viaje. Se realiza en fechas específicas –las que quedan en diciembre son el 1, 3, 5, 7, 8, 10, 12, 14, 15, 17, 19, 21 y 22– con una entrada diferente a la habitual del parque, que se identifica con una cinta en la muñeca (aparte de la magic band que es el “ábrete sésamo” de todo el resort). La fiesta empieza a las siete de la tarde –pero su ticket permite ingresar a Magic Kindgom a las cuatro para aprovechar mejor los juegos– y se extiende hasta la medianoche. Para los visitantes habituales, en cambio, el parque cerrará un poco antes de lo habitual, a las seis de la tarde.
Durante el evento, planificar es la clave (con ayuda imprescindible de la app de Disney World que se baja al celular): irremediablemente habrá que elegir las atracciones preferidas y tener en cuenta, para los juegos, que durante la fiesta no hay fast-pass para acceder más rápido. ¿Y qué es lo que no habría que perderse por nada del mundo, entre las muchas fiestas con DJ, saludos a personajes y presentaciones especiales que incluyen reparto de galletitas y chocolate caliente? Por empezar la Mickey’s Most Merriest Celebration, un show musical con los principales personajes encabezados por Mickey y Minnie en el escenario frente al Castillo de Cenicienta; A Frozen Holiday Wish, un espectáculo teatral y de mapping durante el cual Elsa transformará el castillo en un palacio de hielo; los Holiday Wishes Fireworks, espectaculares fuegos artificiales que iluminan el cielo de mágicos colores; y la Mickey’s Once Upon a Time Christmastime Parade, un desfile navideño a lo largo de Main Street que ve el paso de carros festivamente decorados con los personajes más populares de las películas animadas hasta cerrar con Papá Noel, el rey de la noche. Todo bajo el milagro de una persistente nevada que rivaliza en magia con la música y la pirotecnia.
NAVIDAD A LO HOLLYWOOD Mientras sufre un profundo proceso de transformación -la construcción de la nueva área Toy Story Land, cuya apertura se espera para el verano boreal del año próximo, y la inauguración de Star Wars Land para 2019- Disney Hollywood Studios también celebra Navidad. El parque que Walt Disney World dedica al cine y la época de oro de Hollywood perdió un emblema en los últimos años –el sombrero de mago de Mickey, que había sido instalado en 2001 para conmemorar los 100 años del nacimiento de Walt Disney– pero recuperó otro: el Teatro Chino, que albergaba la atracción The Great Movie Ride (cerrada este año) y próximamente será el hogar de la Mickey and Minnie’s Runaway Railway, el primer trencito dedicado especialmente al personaje fundador de Disney. La perspectiva desde la entrada hacia el Teatro Chino le devuelve al monumento la importancia que supo tener desde sus comienzos y que se subraya en el show Jingle Bell, Jingle BAM!, uno de los eventos centrales del parque durante noviembre y diciembre. Con mapping, proyecciones y fuegos artificiales, los personajes animados de Disney se embarcan en una misión especial: el regreso de Papá Noel al Polo Norte a tiempo para la Nochebuena. Emotivo y espectacular, reforzado por la música navideña, el show ofrece uno de los momentos más lindos de la temporada navideña de Disney Hollywood Studios. Y el otro must do no está muy lejos: es el nuevo Sunset Seasons Greetings, otra experiencia nocturna con proyecciones de los principales personajes de Disney sobre la torre del Hollywood Tower Hotel –la de la famosa y vertiginosa caída en ascensor– que se transforma así en casa de jengibre, paisaje invernal o torre de regalos navideños. A ambos lados se proyectan cortos animados navideños, y sobre todo el Sunset Boulevard, a medida que oscurece y empiezan a brillar los adornos luminosos, cae también una suave nieve que completa la ilusión de una Navidad blanca nacida apenas se oculta el sol de Florida.