A casi tres semanas de la muerte de Liam Payne, el ex One Direction que cayó desde el tercer piso de un hotel de la Ciudad de Buenos Aires, avanza la investigación sobre lo ocurrido y para determinar posibles responsabilidades de terceros. En las últimas horas, la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°14, a cargo Andrés Madrea, imputó a tres sospechosos por los delitos de abandono de persona seguido de muerte, y suministro y facilitación de estupefacientes. También solicitó la indagatoria de los tres y la detención, pero la jueza la denegó.

Payne falleció el pasado 16 de octubre en el hotel CasaSur, ubicado en la calle Costa Rica al 6000 del barrio porteño de Palermo. Luego de una reconstrucción, pericias, y análisis varios, el fiscal Madrea en su resolución detalló que los análisis toxicológicos determinaron que había consumido alcohol, cocaína y un antidepresivo, sugiriendo un policonsumo en las horas previas a su fallecimiento. “No sabía lo que hacía ni podía entenderlo”, afirmó el fiscal.

Por ello, en su dictamen, el fiscal imputó a Rogelio Nores, quien acompañaba de manera cotidiana al artista durante su estadía en la Ciudad de Buenos Aires. A él lo acusó como autor del delito de abandono de persona seguido de muerte, en concurso ideal con suministro y facilitación de estupefacientes.

Los otros dos sospechos, en tanto, fueron imputados solo por el delito de suministro de estupefacientes. Uno de ellos es un empleado del hotel CasaSur, donde Payne estuvo alojado en la habitación N°10, del 13 al 16 de octubre pasado. “Debe responder por dos suministros comprobados de cocaína a Liam Payne en el periodo en que se encontraba (alojado)”, se explicó oficialmente.

El tercer acusado, por su parte, es un proveedor de drogas. De él se consignó que “está imputado de otros dos suministros claramente comprobados durante dos momentos diferentes del 14 de octubre (pasado)”.

“Fueron acusados de distribuir cocaína en varias ocasiones documentadas poco antes de la muerte de Payne”, expone el documento presentado este jueves por el fiscal. 

Desde el inicio de la investigación, se llevaron a cabo diversos procedimientos para esclarecer las circunstancias del fallecimiento del artista. Se recogieron decenas de testimonios y se examinaron más de 800 horas de videos de seguridad del hotel y de la vía pública. La fiscalía también realizó una extracción forense del contenido del celular de Payne: analizó llamadas y mensajes para reunir pruebas adicionales.

Además, durante el proceso investigativo se examinaron diferentes dispositivos digitales y se llevaron a cabo nueve allanamientos autorizados por el Juzgado Criminal y Correccional N°34, de Laura Graciela Bruniard, en domicilios de la Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Estos procedimientos resultaron positivos, apoyados en pruebas visuales, registrales, médicas y documentales considerables.

Incluso, se relevó “el registro de los huéspedes y las comandas del bar/restaurante del hotel, para saber quién visitó al músico y sus hábitos de consumos de bebidas y comida”.

Alcohol, cocaína y un antidepresivo

Los resultados de la autopsia, llevada a cabo por expertos del Cuerpo Médico Forense, concluyeron que Liam Payne falleció debido a politraumatismos y hemorragias internas y externas tras caer desde un balcón. Los exámenes toxicológicos sobre muestras de orina, sangre y humor vítreo fueron clave: se halló alcohol, cocaína y un antidepresivo.

“Los resultados de los estudios toxicológicos -ya comunicados a su familia- revelaron que, en los momentos previos a su muerte, y en el lapso de, al menos, sus últimas 72 horas; Payne solo presentaba en su cuerpo rastros de un policonsumo de alcohol, cocaína y un antidepresivo recetado”, reza la información oficial.

Los peritos descartaron cualquier tipo de autolesión o intervención de terceros, abriendo la posibilidad de que Payne cayera ya desmayado: “La víctima no llegó a adoptar una postura refleja para protegerse en la caída, por lo que, de momento, se puede inferir que pudo haberse precipitado en un estado de semi o total inconsciencia”.

Por ello, el fiscal Madrea solicitó un informe de psiquiatría forense adicional y le tomó testimonial a la experta que lo elaboró. Si bien deben analizarse otros antecedentes médicos, “el fenómeno de la falta de defensa o reflejo de conservación en la caída, junto a otros datos relevantes por su consumo, permiten concluir que Liam Payne no estaba plenamente consciente o atravesaba un estado de disminución notoria o abolición de la consciencia al momento de la caída”.

Para la fiscalía, esa situación también descartaría la posibilidad de un acto consciente o voluntario por parte de la víctima, ya que, en el estado en el que atravesaba, no sabía lo que hacía ni podía entenderlo.