El periodista tucumano Marco Antonio Centurión resultó víctima de un brutal error en la aplicación del sistema Tribuna Segura, El cronista deportivo viajó desde Tucumán hasta el estadio de Arroyito para cubrir un partido de fútbol, pero en la previa lo detuvieron argumentando que pesaba sobre él un pedido de captura por una causa ligada a la difusión de pornografía infantil. Sin muchas explicaciones lo fotografiaron y lo arrojaron a una celda de la seccional 10 mientras la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, celebraba el operativo en redes sociales, con una de esas tomas fotográficas. No obstante, todo fue una equivocación. Al cronista nunca le pidieron disculpas y la publicación de la funcionaria sigue sin ser borrada. Es más, Bullrich todavía no se disculpó. Los cuestionamientos policiales no son nuevos: la última semana gran parte de la comunidad educativa de la escuela Gurruchaga rechazó la exigencia policial de identificar con sus documentos a menores de 13 años. Más aún , en esta misma jornada también se conoció que jóvenes de la comunidad Qom terminaron detenidos cuando practicaban hip hop en una playón municipal. Es que la policía provincial los requisó para identificarlos y se llevaron detenidos a cuatro de los chicos por no tener DNI. Sin embargo ayer mismo el gobernador Maximiliano Pullaro defendió el trabajo de los policías caminantes que solicitan DNI en la calle y generaron polémica en las últimas semanas. “Vamos a seguir trabajando con la misma política de calle porque estamos en el marco de la ley”, sostuvo en LT8. "Debe tenerse un control estricto de la calle" argumentó el mandatario.
La detención del periodista tucumano ocurrió unas horas antes de la final por el ascenso que disputaron San Martín de Tucumán y Aldosivi en el Gigante de Arroyito. Al llegar al estadio y querer acreditarse para ingresar, el personal de seguridad le manifestó a Centurión que a partir de ese momento estaba detenido porque tenía orden de detención. “El domingo fui a Rosario para cubrir la final. A la hora del ingreso doy el número de documento y sin decirme nada llaman a tres oficiales y me piden que me haga a un costado. ‘A partir de ahora está detenido porque usted tiene un pedido de captura’, me comunican ahí. Yo estaba seguro de que no tenía ninguna causa abierta, así que les pedí que me digan por qué era la detención. Me contestaron que tenía que esperar a que se comuniquen con el juzgado de Tucumán. Nunca me lo dijeron; me tuvieron dos horas en el estadio y como no se podían comunicar porque era domingo inmediatamente me trasladaron esposado a la comisaría 10° de Rosario”, narró el periodista este miércoles, en declaraciones a Radio Con Vos.
“Ahí -continuó- me tiraron a una celda común con otros detenidos. Soy diabético tipo 1, estaba con mi insulina, me quitaron todas mis pertenencias y me tuvieron nueve horas detenido en un calabozo en el que no se podía ni ir al baño. No me dieron ni agua. Después, a las 22.30 -cuando mi colectivo de vuelta ya se había ido una hora antes- me vinieron a decir que se comunicaron con el juzgado de Tucumán y que yo no era el que tenía pedido de captura ni ninguna causa abierta”.
A Centurión no le pidieron ni disculpas y lo dejaron solo en Rosario a las 23 sin dinero ni forma de volver. Para colmo, al prender el celular tenía una cantidad enorme de mensajes sin leer, a causa de que la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, había compartido su foto en la puerta del estadio y celebrado públicamente su detención. El texto decía : “Antes del partido, detuvimos a un hincha prófugo por pornografía infantil. Gracias al programa Tribuna Segura, atrapamos en Rosario a Marco Antonio Centurión, un criminal que violó su arresto domiciliario en Tucumán. Este prófugo fue recapturado en una rápida acción de nuestro equipo y llevado de inmediato a donde debe estar, tras las rejas”, según escribió la titular del Ministerio de Seguridad junto a una foto del detenido con sus rasgos faciales un poco esfumados.
La publicación sigue firme en redes sociales y la funcionaria no le expresó ningún tipo de disculpas al periodista que sufrió una detención injusta y el escrache de una integrante de primera línea del equipo gubernamental.
“Absolutamente nadie me pidió disculpas. No solo eso, sino que Patricia Bullrich todavía no eliminó el tuit en el cual sale mi cara, mi nombre y apellido. En algunos medios hasta publicaron mi documento, mi dirección. Vulneraron totalmente mi derecho de imagen y mi privacidad, no recibí disculpas ni de Tucumán ni de Nación. Lo único que me llegaron a explicar es que fue un error de papeleo entre el juzgado tucumano y el de Nación, razón por la que saltó ese pedido de captura absolutamente inexistente”, reconstruyó Centurión.
Ayer se conoció un hecho delicado: una juntada de chicos de Barrio Originario Underground en el playón municipal ubicado en el cruce de las calles Aborígenes Argentinos y Qom, barrio Toba del sudoeste rosarino, terminó mal: todo ocurrió pasadas las 20. A esa hora la mayoría vuelve de trabajar, como Cristian, que es ayudante de plomería y por estos días se está ocupando del armado de estructuras para la Fiesta de las Colectividades. En eso estaban el lunes 28 de octubre cerca de las 21 cuando un móvil policial llegó al playón. Los chicos pausaron el ensayo, apagaron el parlante y se dispusieron a mostrar sus DNI ante el procedimiento policial. "La mayoría de nosotros tenía DNI, pero cuatro compañeros que viven cerca de la plaza no. Salieron sin DNI porque era para ensayar y estábamos en un lugar público. Nos cortaron el ensayo y se llevaron a los cuatro", contó Cristian a Martin Stoianovich del diario La Capital.
En el camino, cuentan desde el grupo, a los tres que terminaron en la 32ª los llevaron hasta la zona céntrica de la avenida Pellegrini. "Los frenaron, los bajaron, los esposaron adelante de toda la gente como a criminales. Como para mostrar que estaban trabajando", aseguró Cristian. "En la 32ª la pasaron mal. Les decían indios de mierda, negros, que son ratas. Ellos no se defendieron, agacharon la cabeza para que no les peguen", agregó.
Sin embargo en los últimos días se repiten defensas del gobernador Maximiliano Pullaro hacia la policía. “Lamento profundamente que no se llegue a comprender la magnitud del problema que tenemos. Que en una ciudad que hace un año tuvo 290 homicidios y ahora 70, no se entienda que debe tenerse un control estricto de la calle. A una de 15 personas se la molesta para corroborar si tiene pedido de captura. Hay que detectar eso”. “Si para la policía una persona puede presumiblemente cometer un delito, tiene que ser demorada. Los controles han hecho bajar la violencia y aprehender a muchas personas con pedidos de captura y tener el secuestro de armas de fuego en flagrancia récord en Rosario” justificó el mandatario.
“Lamentamos tener que molestar a personas que nada tienen que ver pero es la única manera de detectar personas que tienen pedidos de captura”, agregó el gobernador.
Algo que vale la pena recordar no se condice con la respuesta oficial en el marco de la medida judicial planteada por la Defensoría pública provincial, que asegura que la policía rosarina nunca respondió cuantos demorados para ser identificados en comisarías resultaron tener pedido de captura.