Pescado 3 es el nombre del nuevo disco de Ale Cares y Los Magos Farciar, la banda de Merlo que acaba de lanzar un material en el que deciden apoyarse en la estética del rock argentino de la primera parte de la década de los 70 y explotarla a partir su propio estilo, siempre influenciado por la psicodelia de aquellos años.
Alejandro Cares, Lisandro Flores, Nicolás Luna, Damián Quinteros, Ivo Mandusic y Joaquín López deciden tomar el disco final de la segunda banda de Luis Alberto Spinetta para incursionar en un camino marcado por las guitarras al frente, la batería al taco, el bajo acompasado, y los teclados que parecen despegarse de la tierra.
Más allá de la referencia directa, Pescado 3 bien podría ser presentado como un homenaje al rock argentino de la década del setenta, en su conjunto, y no sólo una referencia al disco que en la primera parte de aquella década grabaron Spinetta, David Lebón, Black Amaya y Carlos Cutaia.
A medida que pasa el disco, las referencias transmiten directamente a sonidos de bandas clásicas como Pappo´s Blues, Aquelarre o El Reloj aunque también se encuentran pasajes que remontan a los discos de artistas como los progresivos Crucis, y algún que otro gesto folk, presente a lo largo de toda aquella segunda etapa del rock hecho en nuestro país.
“El desarrollo de las canciones no intenta imitar la música, sino más bien tomar el concepto y aceptar el desafío de desarrollarlo con su impronta, sin perder su esencia”, dicen los artífices de un trabajo que parece ajeno a su tiempo hasta en su duración: una hora de música repartida en 18 canciones. Un movimiento por demás audaz en tiempos en los que la atención no parece estar acostumbrada a quedarse en un mismo lugar por demasiado tiempo.
En un trabajo marcado por los detalles allí hay otro tip: Pescado 2 también tenía 18 canciones, aunque la extensión, incluso limitada entonces por la capacidad física de los vinilos, contaba 13 minutos más.
En un disco que arranca con guitarras y voces ancladas en la etapa final de los sesenta, la referencia más exacta al disco de Spinetta empujó en 1973 aparece sobre el final del tracklist, cuando el juego vocal inmortalizado en Panadero ensoñado, el primero de Pescado 2, encuentra su espejo en Encontrando pescados, el último del cuarto disco de la banda merlense.
“Desde hacía tiempo teníamos la idea de hacer un disco setentero, veníamos trabajando en una serie de canciones con ese audio y esa manera de componer”, dice Cares que asegura que en medio del proceso apareció el nombre del disco que hacía una referencia directa a la segunda banda de Spinetta.
“Nos pareció un delirio pero al mismo tiempo nos dimos cuenta de que si no lo hacíamos nosotros, en algún momento iba a venir alguien y lo iba a hacer”, afirma. Es posible que el valor del disco sea precisamente ese, el de abrir una puerta por la que después puedan venir cuántos quieran.