Despegarse del teléfono es imposible. Cada video de pocos segundos que llega desde Valencia es desesperante. Amparo, una mujer hermosa y desolada a sus 80, cuenta que vivió toda la vida en la misma casa, la que ahora se llevó el agua, y que tenía animales, unos conejos, unas gallinas. “Me pasaba la vida muy feliz allí”, dice. Y no llora. Se emociona, pero no llora, agrega que los hijos son buenos
Peleando a la corriente
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Este artículo fue publicado originalmente el día 10 de noviembre de 2024