Padres llevando a cococho a sus hijos e hijas, o en bicicleta. Son postales de las formas que se buscan para llegar a la Escuela 4820, de Rivadavia Banda Sur. Desde ese cruce deben caminar cuatro cuadras más. La otra opción es dar una vuelta por 12 cuadras del camino alternativo para llegar al establecimiento.
“Hemos pedido que se haga un puente de madera o que se pongan tubos para poder ir a la escuela y también volver a la casa”, cuanta en un video Demetrio Campos, maestro auxiliar bilingüe y cacique de la comunidad wichí de Rivadavia Banda Sur. El maestro usó las redes sociales para insistir con su pedido, que todavía espera respuesta.
“Hemos pedido un puente, tubos, o también para hacer un relleno. Hace 20 años que trabajo y siempre fue así”, contó el docente a Salta/12.
A la escuela asisten tanto niños criollos como wichís, que habitan en la zona cercana. “Muchos chicos se han enfermado porque se bañan ahí y se meten al agua, sin saber que allí desemboca el reventadero de cloacas del pueblo”.
Según contaron habitantes de la zona, cuando llega la época de lluvias las cloacas se desbordan y terminan en esa intersección que se usa para llegar a la escuela, dado que es un “desagüe natural”.
Campos sostuvo que un poco más de 200 niños y niñas asisten a la escuela. Las lluvias del verano llegan acompañadas de temperaturas que trepan los 45 grados. Pese a que en la escuela se les advierte de la condición del agua, chicos y chicas igual se meten al terminar la jornada. Campos contó que esta agua está estancada hace cinco días, después de una precipitación de 60 milímetros.
Sin puestos sanitarios cercanos
El drenaje de las cloacas siempre “revienta a la altura de la comunidad” wichí que está en el mismo pueblo de Rivadavia, afirmó Demetrio Campos. “Lamentablemente, casi todo el pueblo sufre el reventadero de cloacas”, sostuvo al detallar que el fenómeno se produce con las lluvias.
Sin embargo, afirmó que la situación más complicada se sufre en las comunidades más alejadas del pueblo, en donde no hay salas de auxilio cercanas. “Hay un puesto sanitario recién a 50 kilómetros”, la distancia más cercana de algunas comunidades que, en el entendimiento del maestro, necesitarían una sala de primeros auxilios en sus propios lugares. Cerca de nueve comunidades se encuentran en esta situación.
Entre las emergencias que tuvieron que atravesar, Campos recordó el caso de una mujer que tuvo a su bebé mientras la comunidad estaba aislada. “No podían cortar el cordón y pasaron un día entero hasta llegar al Hospital para que le corten”, dijo.