El envión exitoso de River, que acumulaba dos triunfos consecutivos, tenía por delante a Barracas Central, el último equipo en la tabla de posiciones. Igualmente, la diferencia de puntos no siempre se suele reflejar en el campo de juego.

River tardó apenas siete minutos para generar la primera acción de riesgo: Colidio remató en la puerta del área chica, y el arquero Miño reaccionó de gran manera para desviar la pelota con el brazo izquierdo.

Lo que parecía que iba a ser un vendaval del conjunto local, se fue diluyendo con el correr de los minutos, y el partido no tuvo un dueño absoluto durante la primera parte. Si bien River era el que intentaba acercarse un poco más al área visitante, no terminaba de ejercer supremacía sobre su adversario.

Las limitaciones de Barracas se notaron principalmente en el sector ofensivo: los dirigidos por Insúa carecen de un jugador capacitado para armar juego en ataque, y de esa manera sus aproximaciones son con desbordes por los costados para luego enviar la pelota al área.

River tampoco termina de definir a su hombre para la creatividad. Echeverri estuvo ante Barracas desde el inicio, junto a Meza, pero fueron pocas las veces que combinaron con acierto. Echeverri fue precisamente el que tuvo una gran chance para convertir al final del primer tiempo, pero cabeceó la pelota defectuosamente y la tiró al lado del palo.

El encuentro no cambió de rumbo durante los primeros instantes del segundo tiempo. River seguía sin encontrar las respuestas para presionar con efectividad a Barracas, y la monotonía era el factor principal del juego.

La lluvia también tuvo un papel fundamental en ese momento, ya que el campo de juego comenzó a estar más rápido, y un pequeño error podía complicar a cualquiera de los dos. El público comenzó a exigir un poco más a sus jugadores, que no tenían la claridad necesaria para llegar con riesgo.

Barracas había introducido dos modificaciones, pero tampoco le dio resultado para poder exigir a Armani. Inclusive, con el correr de los minutos se fueron retrasando y todo se desarrollaba en el terreno del equipo visitante. La única opción a la que apostó Barracas fue a conectar un contragolpe que pudiera provocar desconcierto en la última línea de River.

Gallardo buscó modificar la situación con los ingresos de Mastantuono, Borja y Gonzalo Martínez, pero curiosamente, Armani tuvo que aparecer en ese momento para evitar la caída de su arco. La impaciencia iba en aumento cuando Meza apareció en el área para golpear la pelota con la cabeza, luego de un envío de Mastantuono, y marcar el gol.

La tranquilidad llegó a 15 minutos del final, cuando Borja convirtió se segundo con otro cabezazo, luego de capturar un rechazo de Miño. Y el delirio se dio cuando Paulo Díaz, desde muy lejos, marcó el tercero aprovechando una respuesta floja del arquero.

River hilvanó otra victoria más para acercase a la Copa Libertadores, y para quedar expectante sobre lo que ocurra con los líderes.

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