Desde Barcelona
UNO Rodríguez en la puerta de cine en donde todavía dan nueva versión cinematográfica de El Conde de Montecristo. Francesa, casi tres horas de duración, con ese actor (Pierre Niney) que le gusta tanto. Y entonces Rodríguez se da cuenta de que no es que no tuvo tiempo para verla, sino demasiado tiempo para dudar si verla. Y es que hace poco vio reciente aproximación --también francesa, mismos guionistas-- a Los Tres Mosqueteros. Y empezaba muy bien; pero enseguida demasiadas libertades para con la trama original y esa Milady (aunque Rodríguez ame a Eva Green) más cerca de la Viuda Negra de Stan Lee & Co. que de la divorciada escarlata de Alexandre Dumas Inc. Y no: no está de humor para que le encajen casting (ir)respetuoso cupos étnico-genéricos. O vergonzantes reinvenciones modernas con galán de telenovela cafetera con aroma deFalconer .