El Consejo Presidencial de Transición (CPT) en Haití decidió destituir al primer ministro del país, Garry Conille, con el que mantenía un conflicto por el control del Gobierno, según una publicación del diario oficial del país caribeño del lunes. Después de cinco meses de mandato, Conille será reemplazado por el empresario Alix DIdier Fils-Aimé, ex presidente de la Cámara de Comercio e Industria haitiana.

Desde abril, luego de la dimisión del anterior primer ministro, el impopular Ariel Henry, en medio del repunte de la violencia pandillera, el país caribeño es dirigido por este órgano presidencial de nueve miembros, que fue responsable del nombramiento de Conille a principios de junio.

Según el documento oficial, el Consejo Presidencial eligió a Fils-Aimé, quien había sido considerado para el puesto en el pasado, como el nuevo primer ministro, tras semanas de conflicto entre el dirigente saliente y el consejo de transición.

Desencuentros

Según informa el Miami Herald, la problemática relación entre Conille y el órgano había empeorado en las últimas semanas luego de que el primer ministro rechazara las mociones del órgano para reemplazar a los titulares de los ministerios de Justicias, Finanzas, Defensa y Salud.

El representante, por su parte, habría enviado una carta al CTP pidiendo la dimisión de tres de sus miembros, que fueron implicados en un presunto escándalo de corrupción.

La decisión de destituir a Conille abre un nuevo periodo de incertidumbre en el país, azotado hace décadas por la violencia, la pobreza y la inestabilidad política.

Tampoco está claro si el Consejo Presidencial, formado por una alianza de partidos políticos y miembros de la sociedad civil, tiene el poder de despedir al primer ministro, debido a la falta de una base constitucional y legal para su funcionamiento.

Nombrar, no destituir

El propio Conille intentó evitar ser corrido del cargo, enviando un correo al director de la prensa nacional, encargado de publicar el diario oficial de la república, el mismo donde se publicó su dimisión.

En su misiva, el primer ministro afirmó que esta resolución está "tomada fuera de todo marco legal y constitucional", y suscita "serias dudas sobre su legitimidad y sus repercusiones en el futuro del país", ya que es contraria a la Constitucion del país, así como a los textos que rigen la transición.

El Consejo Presidencial "no puede en ningún caso, ni siquiera en el marco de sus funciones transitorias, suplantar al Parlamento o ejercer un poder que no le haya sido atribuido", reza el documento.

Conille señala que, aunque el Consejo Presidencial tiene la capacidad de nombrar al primer ministro, ningún texto legal le confiere el poder de destituirlo.

Paralizados por la violencia

La reacción fue inmediata: las actividades comerciales y educativas en Puerto Príncipe, la capital de Haití, fueron detenidas este lunes, tras las amenazas por parte de bandas armadas pertenecientes a la coalición Vivir Juntos (Vivre Ensemble), formada en febrero para derrocar al entonces mandatario, Henry.


A pesar de que, por la tarde del lunes, estaba prevista la toma de posesión del nuevo primer ministro, Fils-Aime, las bandas armadas anunciaron en la víspera "nuevos días de terror" en el área metropolitana, pidiendo a la población no salir a la calle.

"La batalla empezará de nuevo", dijo Jimmy 'Barbecue' Cherizier, el líder de la alianza, en un video publicado el domingo, en el que se refiere al conflicto entre el CPT y Conille.

"El CPT y Garry Conille deberían saber que esto es una tabula rasa. El CPT no puede decir que revoca a Garry Conille y el que se va a quedar", aseguró el ex jefe de policía tornado líder pandillero

El nombramiento del Consejo de Transición y la designación de Conille tenían como objetivo disminuir la actividad de las pandillas para poder conducir al país a sus primeras elecciones desde 2016.

"Ha llegado el momento de tomar el destino de este país en sus manos", sentenció Cherizier, luego de asegurar que las autoridades no velan por los intereses del pueblo haitiano.

Cooperación internacional

Las nuevas autoridades se habían comprometido a cooperar con una fuerza internacional, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH), para respaldar a la policía nacional en su lucha.

Meses después de su puesta en marcha, la misión extranjera tarda en obtener resultados frente a unas bandas organizadas que siguen sin dar el brazo a torcer.

Según un informe reciente de la MINUSTAH, entre enero y junio de 2024, hubo más de 3.600 homicidios y 1.100 secuestros en Haití.

La violencia obligó a más de 700.000 personas -la mitad de ellas niños- a abandonar sus hogares, según la Organización Internacional para las Migraciones.