El debate interno en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) para elegir candidato a presidente se extenderá hasta febrero. Así quedó claro con la hoja de ruta que trazó Enrique Peña Nieto hoy. El presidente busca ordenar un camino en el que hay varios anotados, en una puja que se prevé difícil, sobre todo porque el PRI corre de atrás frente a Andrés Manuel Loprez Obrador, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Históricamente, en los años de hegemonía del PRI, que gobernó sin interrupción el país entre 1929 y 2000, el presidente elegía a dedo al candidato. Esto fue así hasta que Ernesto Zedillo rompió con esa tradición y habilitó una elección interna. El PRI perdió entonces y en 2006 con el derechista Partido Acción Nacional (PAN) antes de volver al poder con Peña Nieto.
El plan del presidente, sumido en un profundo descrédito, es que el 3 de diciembre los precandidatos se inscriban en la Comisión Nacional de Procesos Internos del partido. Ese día quedarán oficializadas las aspiraciones de quienes pretendan gobernar por los siguientes seis años.
Es de prever que irán José Antonio Meade, secretario de Hacienda; Aurelio Nuño, secretario de Educación; Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación; José Narro, secretario de Salud; y Enrique de la Madrid, secretario de Turismo, y podrían sumarse más.
El 5 de diciembre, la Comisión revisará la documentación entregada y dirá quiénes seguirán en carrera para hacer campaña a partir del 14 de diciembre. ¿Qué se tendrá en cuenta para pasar el filtro de la Comisión? Tener al menos el 25 por ciento de la estructura territorial, el 25 por ciento del total de consejeros políticos del partido y al menos el 10 por ciento de los afiliados como apoyo, o tres apoyos en los sectores femenino, obrero, agrario y juvenil del PRI.
La fecha clave es el 18 de febrero. Ese día, un plenario de delegados elegirá el candidato. Podría darse el caso de que haya un solo precandidato en diciembre, pero eso no lo volvería automáticamente aspirante a la presidencia hasta no pasar por la convención de delegados. Ese plenario tendrá 19.100 integrantes, que serán elegidos entre el 6 y el 13 de diciembre. Después se espera que el partido se encolumne detrás del elegido para retener el poder tras los cuestionados años de Peña Nieto, con crisis económica y la tragedia de los 43 liceístas de Ayotzinapa como marca.