El director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni, advirtió por la 750 que las críticas contra el programa Identidades Bonaerenses, que consiste en la entrega de libros a las escuelas secundarias de toda la provincia, tienen una clara intencionalidad política: dar marcha atrás con la Educación Sexual Integral (ESI).
Sileoni respondió de esta forma a la denuncia penal que una fundación le hizo días atrás por la distribución del libro Cometierra, de la escritora argentina Dolores Reyes. Según la presentación judicial, la obra literaria incluye “contenido sexual explícito” y temáticas consideradas “inapropiadas” para estudiantes de entre 12 y 15 años. Desde el oficialismo aprovecharon el asunto y, como ocurrió en otras ocasiones, cuestionaron la entrega de determinados libros que contienen escenas explícitas de sexo a las bibliotecas de las instituciones educativas.
Si bien desde los medios y sectores oficialistas afirman con indignación que se entrega literatura poco ética a niños, Sileoni fue claro al recordar que los libros no son para los estudiantes, sino para las bibliotecas, y que cada ejemplar lleva la instrucción de las edades a las que está destinado.
“Esos libros, si tienen alguna temática política, escenas de sexo o vocabulario soez, llevan una inscripción que dice que requieren acompañamiento docente”, afirmó el ministro, al tiempo que aseguró que está comprobado que estas novelas pueden servir como punto de partida para hablar de un tema tan importante como la ESI.
Además, señaló que la crítica evidencia una indignación selectiva que se inclina políticamente según el contexto. “Tenemos un presidente que dice que 'el Estado es un pedófilo en un jardín de infantes con niños encadenados y cubiertos de vaselina'. Eso proviene de una mente de profunda oscuridad”.
“Yo creo que van contra la ESI y, de paso, le pegan al gobernador, que ha demostrado un camino bien equidistante del Gobierno nacional”, afirmó en referencia a la gestión de Axel Kicillof.
Además, recordó que el gobierno bonaerense "se diferencia de la de Javier Milei, quien “ha vuelto al Día de la Raza y, ayer, en soledad, fue el único país que votó en contra de la protección de los derechos de las comunidades originarias” y “donde algunos de sus funcionarios van a visitar a Alfredo Astiz” en la cárcel.
Finalmente, hizo un duro descargo tras la viralización de una discusión en una entrevista radial con el conductor Eduardo Feinmann, en la que, entre otras cosas, le callaron la boca y lo tildaron de “degenerado” por la entrega de estos materiales. “Pensé, por un instante, en responder de una manera que cualquiera podría hacerlo bajo situaciones de agresión e insulto nocivo, pero prioricé la posibilidad de transmitir. Queríamos llevar cierta tranquilidad a las familias”, afirmó.
Y añadió: “Es duro, porque uno tiene límites. Uno tiene límites en la condición humana. Y ve que hay un sector nuevo en el mundo y en Argentina que va en contra de todo límite. Y son discusiones asimétricas, porque uno tiene inhibiciones y nunca diría, ni al peor de sus adversarios, lo que ellos dicen”.