Luego de años de trajinar noches familiares y escenarios variados, Polijazz estrena disco y se prepara para su presentación. La formación integrada por Liza Polichiso en voz, Lucas Polichiso en teclado y acordeón, “Cuqui” Polichiso en guitarra, y Pau Ansaldi en batería, grabó diez temas en un repertorio tan representativo como irresistible. Polijazz, el álbum, ya circula por las plataformas, y el grupo lo presentará el sábado próximo a las 21 en la Terraza de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza), junto a la compañía invitada de Rubén “Chivo” González en saxo, Charly Samamé en contrabajo y Luisina Cali en voz.
La banda que nació como un proyecto musical familiar, con una trayectoria de casi veinte años, cumple con este primer disco con un objetivo postergado. “A la idea de grabar el disco la dejamos estar mucho tiempo. El grupo surgió de un proyecto familiar, juntándonos siempre en casa a hacer música. Mi abuelo también era músico, acordeonista, y en las reuniones de familia, mi papá agarraba la guitarra, mi abuelo su acordeón, yo también el acordeón o algún teclado, y mi hermana se ponía a cantar. Surgió de esa manera, desde hace muchos más años que los que realmente tenemos como grupo”, comenta Lucas Polichiso a Rosario/12.
“Hasta que, en un momento, nos dijimos ‘¡vamos a hacer un trío!’. En el 2005 empezamos a armar las canciones, y un poquito más adelante se sumó Pau. Cuando es algo así, familiar, parecería no tratarse de algo tan serio, porque surge naturalmente; por eso, no nos dábamos cuenta de que podíamos ser también un grupo que funcionara, que tuviese ensayos, un repertorio, posibilidades de actuar y de grabar un disco; todas las cosas que involucra la vida musical. Pasó mucho tiempo y siempre decíamos ‘vamos a grabar’, pero bueno, también es todo un proceso, lleva su tiempo y su dinero. Hace un par de años, nos propusimos no dejar que pasara más tiempo, y también porque no contábamos con un material de una calidad más profesional, además de las muchas grabaciones hogareñas y filmaciones de recitales que tenemos”, continúa.
El repertorio del disco incluye la nómina siguiente: “I Can't Give You Anything but Love” (Jimmy McHugh - Dorothy Fields), “Dat Dere” (Bobby Timmons - Oscar Brown Jr.), “Angel Eyes” (Matt Dennis - Earl Brent), “Secret Love” (Sammy Fain - Paul Francis Webster), “This Masquerade” (Leon Russell), “Days of Wine and Roses” (Henry Mancini - Johnny Mercer), “Come Hai Fatto” (Domenico Modugno), “I Saw Her Standing There” (Paul McCartney - John Lennon), “Love Me or Leave Me” (Walter Donaldson - Gus Kahn), “Route 66” (Bobby Troup). Según el músico: “Hay gente que nos ha escuchado y señalado qué canciones tocamos una y otra vez, pero elegir qué grabar no es fácil. Hicimos mucho repertorio, pero tuvimos que elegir diez canciones, que no son nuestras, sino versiones de música que nos gusta hacer. Tuvimos que afilar un poco el lápiz y decidir cuáles quedaban. Debían ser las que le fueron dando quizás más identidad al grupo, con el sonido que más nos gustara también. Quedaron afuera músicas brasileras, que en algún momento habíamos hecho, y cosas más pop, porque elegimos los temas a los que creo más gusto le sacamos, porque son los que más nos gusta tocar y mejor se adecuaban a nuestro criterio”.
-¿La selección es fácil de consensuar?; y de paso, ¿cómo llevaron adelante los arreglos?
-Es muy difícil, y es donde a veces se generan las rispideces familiares (risas), también porque somos de dos generaciones muy distintas, con edades muy diferentes. Entonces, mi viejo tiene un criterio, y mi hermana y yo tenemos otro. En cuanto a la selección de las canciones, a veces mi papá propone alguna y Liza enseguida se la bocha, porque dice que no le gusta la letra, porque le resulta banal; y un poco terminamos decidimos desde lo que la voz quiere decir, porque es muy importante, no somos un grupo instrumental. Al haber una cantante, hay que prestar atención a qué ganas tiene ella de decir o no tal poesía. Nos vamos adaptando a las canciones que ella quiere cantar. Y en cuanto a los arreglos, nosotros casi siempre buscamos una sonoridad cercana a la del Hammond trío, que se hizo conocido con músicos como Wes Montgomery y Jimmy Smith; una sonoridad con órgano Hammond, guitarra eléctrica y batería, en donde al bajo lo hace el órgano. Elegimos canciones para que suenen desde ese color y de esa manera, y alguna que tenga solamente piano o acordeón; siempre basándonos en la canción original, pero llevándola hacia nuestra sonoridad, hacia donde nosotros queremos ir.
-Como decías, la voz de Liza se revela fundamental.
-Es el instrumento más expresivo, después de la voz tal vez esté el saxo, que también comunica algo que no es fácil de transmitir con otro instrumento. Pero la cuestión de la expresividad está principalmente en su voz.
-El repertorio integra a Domenico Modugno con Los Beatles y un clásico como “Route 66”.
-Lo que pretendíamos, no solamente para el disco sino también en nuestro repertorio en general y desde hace muchos años, es no hacer únicamente standards de jazz que ya conocemos y que son buenísimos, pero que tal vez nos resultan un poco distantes. Nos hemos criado escuchando a Los Beatles tanto como a esas canciones italianas, gracias a mi abuelo, por ser italiano. De alguna manera, el repertorio que tenemos y se ve reflejado quizá en el disco, es un poco esa conjunción de las distintas canciones de distintas procedencias, tratando de que todo tenga el mismo color.
-Una familia musical que, en el caso del jazz local, es todavía mayor: el sábado próximo contarán con las presencias invitadas del Chivo González, Charly Samamé y Luisina Cali.
-Eso es fundamental en el jazz, quizás en el rock la banda sea siempre la misma, pero en el jazz se da esta cuestión de grupos cuyos integrantes participan en un montón de otros proyectos. Nos terminamos cruzando siempre. El Chivo toca con mi papá desde hace 40 años, creo que desde antes que yo naciera ya estaban tocando juntos, y siempre es muy grato invitarlo. Lo mismo con Charly y con Luisina, que ha cantado con Liza en otros proyectos anteriores. A la presentación queremos hacerla un poco más grande, para que sea algo diferente de las otras actuaciones comunes.