El director Fermín Rivera siempre se mostró interesado en la temática de los nietos apropiados. Hace años realizó el corto El olvido en "Historias breves", con una adaptación de Teatro x la Identidad. Pero posteriormente no terminaba de encontrar un abordaje diferente que lo convenciera para hacer un largometraje. Hasta que encontró el tema de los indicios que algunos nietos y nietas tuvieron antes de ver restituida su identidad. "Investigando y también porque era algo que me llamaba la atención y que venía pensando cómo pasaba una información no convencional de una generación a la otra, me encontré que había muchos casos de nietos que tenían estos antecedentes y se unieron los caminos", señala Rivera. El resultado es el documental Revelar, que se estrena este jueves en el Cine Gaumont y en salas del interior.

Para la producción fueron entrevistados los nietos restituidos Victoria Donda Pérez, Pedro Sandoval Fontana, Claudia Poblete Hlaczik, Horacio Pietragalla Corti, Guillermo Amarilla Molfino, Guillermo Pérez Roisinblit y Leonardo Fosatti Ortega. También cuenta con el testimonio de Lorena Battistiol Colayago, quien busca a su hermana o hermano nacido en cautiverio y la participación especial de Angélica Urondo Raboy, con la lectura de su libro ¿Quién te crees que sos?. Angie es hija de la periodista Alicia Cora Raboy y del escritor Francisco "Paco" Urondo, ambos desaparecidos.

De pequeña, Claudia Poblete jugaba en una silla con rueditas a que no podía caminar; decía que era "paralítica". Al recuperar su identidad se enteró de que su papá era discapacitado y que durante sus primeros ocho meses la acunó en su silla de ruedas. Desde chica Victoria Donda tuvo gustos atípicos: comía queso con chocolate y tomaba chocolatada con chizitos. Al recuperar su identidad se enteró de que esa costumbre la tenía también su mamá. De niño Pedro Sandoval Fontana no la pasaba bien en su cumpleaños. Nunca se sintió cómodo con esa fecha. Al recuperar su identidad, conocer la verdadera fecha de su nacimiento fue reparador. En el afán de rescatar su historia, la mayoría de las personas que recuperan su identidad manifiestan una gran avidez por recuperar los vestigios de la memoria visual que los conecte con sus padres. Este es el punto de partida en donde la fotografía juega un rol clave en la película.

-Decís que te interesaba cómo su identidad se revelaba en cada uno de los nietos entrevistados. ¿Te sorprendieron sus respuestas?

-Me sorprendió que investigando el tema aparecían tantos indicios, diferentes, de algunos nietos que están en la película y de otros que no participaron del documental. Pero pasaba con el tema de los nombres, de los juguetes, las fecha de cumpleaños... Me sorprendió que, al principio, hablé con varios nietos y muchos de ellos me decían "No, yo no tuve indicios, a mí no me pasó eso". Y después de empezar a hablar iban apareciendo. Eso sí fue sorprendente.

-¿Cómo llegaste a elegir a quienes brindan su testimonio?

-Contacté a varios. La primera selección tenía que ver con los indicios, con quienes los habían tenido, como en los casos de Claudia Poblete, Vicky Donda. Después se sumaron otros que, por ahí, decían que no tenían indicios y aparecían. Otros nietos me dijeron de no participar porque por más que haya pasado tiempo y hayan brindado algunas veces su testimonio o, en otros casos no tanto, para ellos era muy fuerte. Yo comprendía perfectamente esa situación. Hay 300 nietos que no aparecieron y que todavía las familias los están buscando, 300 personas que no conocen su verdadera identidad. Entonces, tenía que haber una voz que fuera de alguien que buscara. Y esa voz la llevó adelante Lorena Battistiol que busca a su hermano o hermana. Y ahí se fue armando un poco el mapa.

-Justamente, por tratarte de cuestiones íntimas de las personas que se hacen públicas a través del documental, ¿cómo notaste la predisposición a hablar de temas que muchos seguramente no habían dicho a nivel masivo?

-En todos los reportajes me daba cuenta de que no era algo que les resultara tan sencillo. Tuve mucha colaboración de Abuelas en el contacto con determinados nietos. Muchos de los nietos forman parte de la Comisión Directiva de Abuelas. La predisposición fue buena, a pesar de todo esto que te decía: que cuesta, que fueron entrevistas largas. Yo también traté de hacer encuentros previos para contarles el proyecto, que no fuera vernos solo una vez sino generar un vínculo o cierta confianza.

-¿Cómo surgió la idea del texto de Angie Urondo que rompe con la estructura de pregunta-respuesta que tiene el documental?

-En el tema de los indicios entran otros temas. No quería hacer algo muy realista y ahí entra el hecho de los dos artistas plásticos que van pintando a lo largo del documental. Y Fabiana Rousseaux, una psicóloga que trabaja con temas de identidad, me recomendó el libro de Angie Urondo, que no lo conocía. Y ahí encontré el tono exacto que yo quería para el documental, que tenía que ver con el desarrollo de este tema, pero también, con un vuelo poético. Vino como anillo al dedo.

-“Si tenés dudas, algo pasa”, dice Horacio Pietragalla. ¿Qué otros elementos en común notaste entre los nietos recuperados que hablan en la película?

-Las dudas, las sospechas. Fue raro que también encontré sentido del humor en casi todos, que no necesariamente tiene que ver con el humor negro, sino con el paso del tiempo, con reconocerse, con hacer un balance después de un determinado tiempo. Claudia Poblete dice que sentía de adolescente cuándo iba a empezar su vida. Y desde que recuperó su identidad no terminó más de hacer distintas cosas. Y eso yo también lo noto al menos en estos nietos que entrevisté. Haber recuperado la identidad fue una marca, fue un punto de inflexión que los llevó a militar un montón el tema de la búsqueda y a un cambio muy importante en sus vidas no solo en cuanto al origen, sino de ahí en adelante. Fue una marca hacia el futuro. Y también hay otra cosa interesante en el libro de Angie: "A partir de ahora, presente es futuro", termina diciendo en la película. Y es un abordaje diferente a otros documentales, pensando justamente en el presente y en el futuro. Cuando yo empecé el documental, para alguna gente era un poco naïf, y hoy se resignifica un montón por el contexto que vivimos.

-¿Cómo llegaste a la conclusión de que, a veces, la identidad se expresa de la forma menos pensada?

-Supongo que también a través de indicios o de temas personales o familiares. Cuando yo era chico, murió una tía que yo quería mucho. Mis primos tenían mi misma edad y mi prima tenía cuatro años menos. Y cuando se hizo adolescente, yo sentía que tenía la misma voz de mi tía. Exactamente la misma, aparte de un parecido físico muy grande. Y están esas bromas de infancia que hacen los hermanos mayores que te dicen "vos no sos hijo de nuestros padres" o "a vos te encontramos", son cosas un poco universales y también están presentes en el documental porque creo que, en general, todos nos hacemos esa pregunta, al margen del marco de la dictadura.