El gobierno nacional decidió transformar el aeródromo "Sauce Viejo" de Santa Fe en un aeropuerto internacional. Anunciada este martes, esta medida forma parte de la "política de apertura del sector aéreo" y se presenta como una estrategia para "impulsar el comercio exterior y el turismo en la región". Sin embargo, más allá de la promesa de crecimiento económico, la ausencia de controles adecuados genera serias preocupaciones sobre los posibles riesgos para la seguridad, poniendo en duda si esta expansión se realiza con los estándares necesarios.
Hasta ahora, "Sauce Viejo" era considerado un aeródromo público, pero con esta nueva categorización, la terminal podrá recibir vuelos internacionales, lo que implica que se habilitarán nuevas rutas hacia y desde el exterior. La solicitud fue realizada por las autoridades locales que aseguraron haber cumplido con las obras necesarias para adaptarse a los estándares internacionales. No obstante, la resolución no menciona nada sobre las medidas de seguridad ni de control que deberían implementarse, lo que genera incertidumbre.
¿Qué pasa con la seguridad y el control en este nuevo aeropuerto internacional?
La resolución establece que los servicios de aduana, migraciones y seguridad deberán ser coordinados con las autoridades locales, pero no se aclara quién se encargará de supervisar que se cumpla con los estándares internacionales. Este vacío operativo es un claro ejemplo de cómo la desregulación del sector aéreo se está llevando a cabo sin los controles necesarios, dejando en manos de las provincias la responsabilidad de gestionar un aeropuerto internacional.
El gobierno, a través de esta medida, busca fomentar la competencia y abrir el mercado aerocomercial, pero lo hace a costa de la seguridad. El Código Aeronáutico fue modificado recientemente para permitir esta libertad a las aerolíneas, lo que dejó a muchos expertos preocupados por la falta de vigilancia continua sobre las operaciones de los aeropuertos. La intervención del Estado se redujo drásticamente, lo que genera un ambiente de inseguridad en cuanto a la calidad y la seguridad de los servicios prestados.
Desregulación sin control: ¿una medida que pone en riesgo a los pasajeros?
Si bien la medida busca ampliar las opciones para vuelos internacionales, la falta de control en esta nueva etapa puede poner en peligro la seguridad de los pasajeros. Sin una supervisión efectiva de los servicios y sin una infraestructura adecuada para recibir vuelos internacionales de manera segura, es difícil garantizar que el aeropuerto estará preparado para manejar la creciente demanda de vuelos.
Esta falta de regulación y la debilidad en los controles operativos no son aisladas; forman parte de una serie de decisiones tomadas por el gobierno que no priorizan la seguridad en aras de fomentar la competencia. El aeropuerto de Sauce Viejo será ahora internacional, pero aún carece de los controles que se requieren para hacer frente a esta nueva categoría, lo que pone en duda si esta transformación realmente traerá los beneficios prometidos.