Desde Roma

A dieciséis años del ataque de Al Qaeda contra las Torres Gemelas de Nueva York en el que murieron más de 1500 personas, el terrorismo islamista no ha muerto. Tampoco Al Qaeda ha muerto, difundiéndose en numerosos países africanos además de Medio Oriente,  pese a que muchos de sus militantes han pasado a las filas del Estado Islámico (EI), aseguran los estudiosos. El EI nació en Irak en 2003, es decir el año en que fue invadido por Estados Unidos y sus aliados. La pregunta que muchos se hacen es si esa invasión no fue el factor desencadenante del terrorismo. “No es verdad que los países occidentales son culpables de todas las crisis en Medio Oriente. Esos países ya estaban en situaciones difíciles antes. Pero también es cierto que no habría que abrir crisis cuando después no se sabe cómo cerrarlas”, dijo el diputado y experto en seguridad Andrea Manciulli a PáginaI12.

Según los expertos que participaron de esta Asamblea de Parlamentaria de la OTAN, son necesarias numerosas medidas para contener el terrorismo, entre ellas interrumpir los flujos económicos y financieros que alimentan al EI, para lo cual juega un rol muy importante el seguimiento del dinero. Las fuentes de ingresos del EI en estos últimos años fueron los pozos de petróleo y de gas de las zonas que ocupó en Irak y Siria pero también el apropiarse de los fondos que tenían los bancos iraquíes cuando sus milicias entraron en Mosul. Ahora se piensa que también podrían explotar el tráfico de seres humanos hacia Europa, una consistente fuente de ingresos ya que los traficantes no sólo hacen pagar el viaje, sino que secuestran a los migrantes y piden rescate a sus familias o los venden como esclavos o prostitutas. También es necesario que las poblaciones locales vuelvan a creer en sus gobiernos y que éstos estén en condiciones de garantizar la seguridad, la paz y las necesidades primarias de la población, dijo el informe Manciulli. En muchos de estos países no se tiene confianza en las autoridades locales. Prefieren los ancianos o los iman. Por lo cual para lograr una cierta estabilidad hay que reforzar las autoridades locales y su relación con la gente, pero también la economía y la educación. En África, en los países árabes, mucha gente se pregunta por qué las autoridades locales trabajan a favor de la Unión Europea y no de su propio pueblo, planteó uno de los parlamentarios de Argelia. Y recordando la experiencia de su país antes y después de la guerra contra Francia, insistió para que en las regiones que se han recuperado de manos del EI, se hagan referéndum y sus pueblos decidan lo que quieren hacer y no lo decidan los extranjeros. 

También es necesaria, dijo el informe preparado por el diputado Manciulli, una mayor cooperación a distintos niveles y no sólo entre los países europeos, compartir informaciones entre los servicios de seguridad y compartir un cuadro legislativo que establezca los límites y características de la amenaza terrorista y de los peligros proporcionados por el cyberterrorismo. “Contener la radicalización de los individuos no es un proceso igual para todos ni fácil”. Uno de los lugares donde muchos individuos se han convertido en extremistas han sido las cárceles a las que se debe prestar especial atención. 

Y mientras se iban dando todas informaciones, llegó la noticia del atentado en Egipto. “Este atentado es una señal enviada por el EI a todo el mundo  para demostrar que todavía está vivo”, comentó la experta en Medio Oriente Robin Wright.